Caritas Venezuela: la pandemia ha multiplicado la solidaridad
Isabella Piro-Ciudad del Vaticano
En primer lugar, "la Iglesia ha tenido que reinventarse", explica Janeth Márquez en una nota publicada en el sitio web de la Conferencia Episcopal venezolana, Cev, porque el problema más sentido por la población es el acceso a los alimentos: la cuarentena obligatoria, de hecho, limita la posibilidad de trabajar y por lo tanto de ganar y comprar las necesidades básicas. Cáritas, por lo tanto, se ha movilizado para visitar a los necesitados "casa por casa", especialmente en las zonas más remotas y donde hay personas mayores.
Mientras tanto, continúa el cuidado de los niños desnutridos y la entrega de medicamentos a domicilio". Pero no faltan dificultades, como la falta de gasolina. Afortunadamente, la solidaridad tampoco falta: "La gente nos trae donativos y comida", explica la directora de Caritas. "En esta época de pandemia, asistimos a una multiplicación de los dones y de creatividad", para poder ofrecer a los necesitados toda la ayuda posible, incluyendo "información clara y oficial" sobre el curso de la emergencia sanitaria.
"Lo primero que hizo Caritas cuando se enteró del virus", señala Márquez, "fue crear pautas precisas para enfrentarlo. La segunda cosa, fue la de asegurar al personal interno para evitar que se convirtieran en receptores y transmisores del Covid-19. Por último, optó por llevar a cabo servicios de emergencia, es decir, los relacionados con la alimentación, la salud y la asistencia social, porque hay muchas personas que viven con miedo".
Por supuesto, todos los servicios se han adaptado a las nuevas necesidades que prevén la ausencia de contacto físico entre las personas para evitar el contagio: por ejemplo, los comedores solidarios se han transformado en entrega de comidas a domicilio; los centros de asesoramiento se han convertido en líneas telefónicas de apoyo, mientras que las oficinas de Cáritas están abiertas al público sólo con cita previa, de modo que no se alojan más de diez personas a la vez.
Por último, Janeth Márquez señala que las redes sociales también son de gran ayuda: de hecho, se han puesto en marcha algunos seminarios en línea para informar a la población sobre las normas de higiene del antivirus y también para fomentar la solidaridad entre las familias, para no dejar a nadie atrás.
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