La respuesta de la UE a la crisis económica por la pandemia
Fausta Speranza - Ciudad del Vaticano
Según la OCDE, la reducción del PIB mundial podría estar entre el 0,5% y el 1,4%, que en Italia -que empieza a hacer un balance habiendo sido sido el primer país de la UE en ser golpeado por el Covid 19- podría transformarse en un 4-5% si quebraran unas 150.000 empresas en riesgo, equivalentes al 4% de las existentes. Un dato estadístico parcial, porque todo dependerá de la duración real de la emergencia.
Medidas concretas ya adoptadas
En el seno de la UE se ha suspendido el llamado Pacto de Estabilidad, que desde 1992 fija la relación entre el déficit público y el PIB dentro del umbral del 3% y la relación entre la deuda pública y el PIB por debajo del 60%. El 22 de marzo, por ejemplo, la Comisión Europea aprobó inmediatamente las medidas de ayuda italianas por un valor de 50 millones de euros para apoyar la producción y el suministro de dispositivos médicos. Lo mismo hizo para España.
Hace ya dos semanas, 37.000 millones de euros de la política de cohesión fueron asignados a la lucha contra el coronavirus y a los sistemas sanitarios, empresas y trabajadores afectados por la emergencia. De esto, alrededor de siete mil millones son para beneficio de Italia. Y las deudas con los deudores afectados por la crisis se han suspendido. Otros ocho mil millones de euros de inversión se han destinado para ayudar a 100.000 pequeñas y medianas empresas europeas (PYME) y empresas de mediana capitalización. Además, se han destinado 137.500 millones de dólares para apoyar la investigación, una parte de los cuales ya ha sido asignada.
Hipótesis en análisis
La propuesta de los llamados coronabonds es defendida por Francia, Italia y España pero actualmente ve el veto de Alemania, Holanda y Austria, en contra de lo que consideran una mutualización de la deuda. La Haya propone ahora una "donación" - no se sabe cuánto - a favor de los países más afectados como España e Italia. El Gobierno francés está considerando como solución de compromiso la creación de un fondo especial de rescate, con una duración de cinco o como máximo diez años, para aliviar las consecuencias económicas del coronavirus y que no excluye el uso simultáneo del Fondo de Estabilidad. Se espera que la decisión sobre medidas adicionales surja tras el debate del próximo martes en la cumbre de los ministros de finanzas de los países de la zona euro.
La advertencia del BCE de no desviar el dinero para los ciudadanos
El Banco Central Europeo ha destinado un paquete de emergencia de 750.000 millones de euros para aliviar el impacto de la pandemia. Pero ha lanzado una advertencia a las instituciones bancarias de los distintos Estados miembros: los préstamos extraordinarios a los bancos no deben utilizarse para obtener dividendos y bonificaciones, sino que deben ponerse a disposición de las empresas y los ciudadanos que necesiten liquidez para hacer frente a las pérdidas debidas a la interrupción del trabajo.
Las incertidumbres en el comercio agravan el hambre en el mundo
En una nota conjunta, los directores generales de la FAO, OMS y la OMC, Qu Dongyu, Tedros Adhan Ghebreyesus y Roberto Azevedo, respectivamente, hacen un llamamiento para que se consideren las consecuencias del detener tantas rutas comerciales mundiales debido al cierre de las fronteras como medida de precaución contra la propagación del contagio del Covid 19.
Según los representantes de los organismos de las Naciones Unidas que se ocupan del hambre en el mundo, de salud y de comercio, "es preciso reducir al mínimo las posibles repercusiones en el suministro y la seguridad alimentaria de los que dependen los medios de subsistencia de millones de personas en todo el mundo". La incertidumbre sobre la disponibilidad de alimentos -subrayan- "puede desencadenar una ola de restricciones a la exportación, creando carencias en el mercado mundial, y reacciones similares pueden alterar el equilibrio entre la oferta y la demanda de alimentos, dando lugar a picos de precios y a una mayor volatilidad de los precios". El llamamiento es claro: "asegurar que la respuesta al Covid-19 no cree carencias injustificadas de productos de primera necesidad, agravando el hambre y la malnutrición". Ha llegado el momento", escriben, "de mostrar solidaridad, de actuar de forma responsable y de adherir a nuestro objetivo común: optimizar la seguridad y la salubridad alimentaria, la nutrición y mejorar el bienestar general de las personas en todo el mundo".
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