Honduras. Concientizar al otro cumpliendo las medidas restrictivas

Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano

Honduras registró ayer jueves nueve casos de muertos por COVID-19, aumentando el saldo a 426, y los contagiados ahora suman 15.366, según el estatal Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager). Ayer de 1.620 pruebas de laboratorio PCR, en un solo días, se registraron 795 casos positivos, siendo el día con más casos registrados. Casi todos los casos de contagio son del departamento de Cortés, en el norte del país, donde se localiza la ciudad de San Pedro Sula, la de mayor crecimiento económico, comercial e industrial. Como segundo epicentro de la pandemia sigue siendo el departamento de Francisco Morazán, donde está situada Tegucigalpa, la capital del país.

Como se puede ejercer una profesión en medio de la pandemia

La ex diputada del Congreso Nacional, la abogada Fátima Mena explica a VaticanNews que, por la pandemia, ejerce con muchas limitaciones su profesión, pero con mucha gratitud, por tener la posibilidad de seguir trabajando en sus espacios de servicio, y usando el teletrabajo. Además, expresó que confía en la humanidad y en la solidaridad, “dentro de todos y todas hay una fuerza interior—independientemente de la fuente—que si las tejemos juntas podremos salir adelante fortalecidos de esta pandemia”. Pero también ejerce su profesión en medio de esta pandemia, con resiliencia, viviendo en Honduras, un país donde el sistema operativo es la corrupción, la pandemia ha dejado en evidencia lo nocivo de la corrupción estructural y cada día es una lucha no solo sobrevivir al COVID 19, sino a un sistema que ignora la dignidad humana.

Que vivencias tiene de su trabajo

Fátima Mena dijo que sus vivencias, son de todo un poco, alegres, dijo, al ver el deseo de las personas que la rodean de salir adelante en medio de la crisis, enfocados en cómo sacar adelante su trabajo. Además se siente motivada, al ver cómo muchas personas, con diferentes formas creativas, buscan como involucrarse para poner su granito de arena y hacer frente a la pandemia y también para ser agentes de cambio.

La pandemia, dijo Mena ha incentivado muchas iniciativas ciudadanas, que han nacido y se han empoderado en medio de esta crisis. Emprendedores sociales que surgen, alianzas que se fortalecen, buscando formas creativas de seguir su trabajo adaptándose a esta nueva normalidad, pero siendo fieles a sus principios.

Impotente, también manifestó la abogada, al ver tantas necesidades de las personas y familias que viven las trágicas consecuencias del Covid-19 y que se profundizan y vuelven más crudas por lo colapsado del sistema de salud, sistema que ya estaba deteriorado mucho antes del Covid-19 por culpa de la corrupción.

Preocupada por los daños colaterales que ha generado la pandemia desde la inseguridad alimentaria, el alza del desempleo, violencia, desplazamiento humano y estallidos social por la crisis, que ya existía en el país, pero agudiza con la pandemia.

Concientizar a la población a que haga medidas restrictivas

“Amo el dicho de Madre Teresa de Calculta: ”si cada uno barriera  la puerta de su casa, el mundo estaría limpio.” Todos tenemos el deber de hacer la tarea, identificar nuestro metro cuadrado y hacerlo con excelencia”, con estas palabras, la ex diputada del Congreso Nacional, explica a VaticanNews, la importancia de empezar dando el ejemplo, cumpliendo personalmente con las medidas establecidas, desde respetando la circulación, el uso de equipo de bioseguridad y guardando el distanciamiento.

También, dijo, participando en las “actividades de comunidad”, para formar parte de las acciones colectivas para cuidarse unos a otros. Y desde su espacio profesional, adoptar medidas y hacer los llamados correspondientes para que todos asuman la responsabilidad de cumplir con las medidas.  “Procurando que en las decisiones que se tomen” en la corporación donde trabaja, trasladen a la población el mensaje que se están tomando decisiones para asegurar y mitigar los daños.    

La población hondureña no observa las medidas restrictivas

La enfermedad avanza aceleradamente en este país centroamericano que cuenta con más de 9 millones de habitantes y en el que la pobreza, la desigualdad, la violencia y la corrupción están por todas partes.

La pandemia no es el principal problema para Honduras en este momento, a ello se suma la falta de gestión gubernamental para hacerle frente a la emergencia. En el país se ha vuelto común escuchar a médicos, enfermeras y personal de laboratorio, pidiendo equipo de bioseguridad y mejores condiciones en los centros hospitalarios.

Personal de salud en alto riesgo de contagio

El presidente de la Asociación Nacional de Enfermeros y Enfermeras Auxiliares de Honduras (ANEAH), Josué Orellana, dijo que la cifra del personal de salud contagiado, ya supera los 300. Josué Orellana explicó que a sus compañeros sospechosos les practican el examen, pero siguen trabajando, y esperan dos o tres semanas para conocer el resultado, por lo que si sale positivo ya ha contagiado a otros.

Fátima Mena, que considera que después de casi cuatro meses de confinamiento, prevalece la necesidad de comer, con las cifras y tragedias que se ven en los hospitales, ya no solo es un acto de desobediencia, hay hambre. Somos un país, dijo, donde el 70% de la población vive en situación de pobreza 40% en extrema pobreza. Como consecuencia muchas de nuestras familias, viven del día a día. Los alimentos no han llegado a todas las familias e incluso a las que ya llegaron, una provisión no es suficiente para tanto tiempo.

Desde sus casas cómo viven la pandemia

Fátima Mena dijo con mucha fe, “el salmo 91 me fortalece (mi careta protectora lleva su leyenda). Agradeciendo el don de la vida, y pidiendo tener paz en medio de la tormenta”.

Fátima Mena ex diputada del Congreso Nacional

En su casa no acreditan despropósitos en sus vidas, y tratan de aprovechar esta crisis para buscar crecimiento personal. Esta crisis, señaló, nos ha expuesto, nos ha hecho reflexionar sobre la conducción de nuestras vidas, a valorar las muchas bendiciones que dábamos por sentados y apreciar aquellas que en medio de ajetreo diario no nos permitíamos atender.

“Debemos y queremos renacer, florecer después de esta pandemia en una nueva parte de nuestro ser que sea más empático, más solidario, más humano. Todas las noches nos unimos en oración, ofrecemos un rosario familiar, para pedir protección por nuestra familia, por los enfermos, por los afligidos, por las autoridades para que tomen buenas decisiones, por aquellos que están en primera línea.  Por las intenciones de cada uno de nosotros, y en una hermosa dinámica se suman virtualmente al rosario nuestros padres, hermanas o un ser querido que desee compartir este espacio de oración familiar”, expresó Fátima Mena.