Portugal. Juristas católicos: "Legalizar la eutanasia hoy en día es aún más deplorable"

Anna Poce - Vatican News

"Cuando la vida de una persona está marcada por la enfermedad y el sufrimiento, la respuesta de la sociedad y del Estado a esa persona no puede ser la de confirmar su desesperación contribuyendo a su muerte; esa respuesta debe ser la de quien, movido por el amor fraterno, no escatima esfuerzos para eliminar o aliviar ese sufrimiento mediante cuidados paliativos". Así se expresó la Asociación de Juristas Católicos (AJC) en una nota difundida hoy - según informó la agencia Ecclesia - en la que se opuso a reanudación de los trabajos parlamentarios para legalizar la eutanasia, considerando "deplorable" que esto ocurra en medio de una pandemia.

"La legalización de la eutanasia -dice el comunicado- va en contra de "dos fundamentos" del sistema jurídico: el de la "inviolabilidad de la vida humana", sancionado por la Constitución, y el de que "todas las vidas humanas sin excepción son dignas de protección".

Para los juristas católicos la legalización de la eutanasia "contiene una profunda contradicción", y es aún más "deplorable" después de las lecciones que se desprenden de la pandemia de Covid-19. La experiencia del coronavirus, de hecho, "nos ha recordado precisamente el valor supremo de la vida humana en todas sus fases y la misión de los trabajadores de la salud". En cambio, la práctica de la eutanasia "desnaturaliza la tarea de los profesionales de la salud", cuya misión "siempre ha sido, y debe seguir siendo, servir y proteger la vida humana" hasta el final.

"Para proteger las vidas humanas", aceptamos la privación de las libertades fundamentales, la parálisis del país y los incalculables daños económicos y sociales. Sólo un objetivo tan importante podía llevarnos a esto y sólo él da sentido a tantos sacrificios".

La asociación es, por tanto, favorable a la organización de un referéndum sobre esta cuestión, ya que considera que "correspondería al mínimo de verdad democrática", dado que los partidos más grandes no han incluido la legalización de la eutanasia en sus programas electorales, y sus grupos parlamentarios están divididos en este sentido.