Sir Salvador Moncada. “América Latina: epicentro de la pandemia”
Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano
América Latina, tuvo oficialmente su primer caso de Coronavirus el 26 de febrero. Sin embargo, pudo prevenir, viendo la situación de Europa. Tenía el panorama completo: el virus, la prevención, el contagio, las consecuencias… algunos países aplicaron inmediatamente las cuarentenas forzadas, sin tener aún casos de coronavirus. Otros en cambio cuando ya tenía casos, aún no aplicaban las cuarentenas.
Y ahora lo mismo, en medio del contagio, donde en muchos países aún no han tenido el pico de contagiados, están ya viendo en hacer el desconfinamiento, cómo lo está haciendo Europa. Cada país debía seguir los pasos que aplicó Europa, en base a su realidad, desde principios de febrero, talvez iniciando con el abastecimiento de mascarillas, desinfectante y/o jabones, para abastecer a toda su población, TODA, incluida la población más vulnerable.
Según un artículo de la BBC, la mayor parte de los contagios en el continente, fueron traídos de Europa y los EEUU. Ante el temor del Covid19, muchos latinoamericanos que viven en países europeos decidieron regresar a sus países de origen, siendo portadores asintomáticos del coronavirus. A su llegada a casa, estás personas se reunieron con familiares y amigos, creando focos de contagio.
América Latina: epicentro de la pandemia
Vatican News habló con el científico hondureño, Sir Salvador Moncada, miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias, que vive y trabaja en Londres. Nos habla en primer lugar sobre la expansión de la pandemia en el continente y lo que la está provocando.
América Latina se ha convertido en el epicentro de la pandemia, afirmó el científico, los datos son claros y la OMS lo declaró el 22 de mayo. Hay ya 1 millón de infectados y 60,000 muertos a fecha 7 de junio. Brasil es el país más afectado. Se calcula que tendrá unos 125,000 muertos para el 1 de Agosto. Más del 70 % de las muertes de América Latina han ocurrido en Brasil.
Moncada afirma que aún no hay país que haya tenido, uno de los tantos picos de infección, y ya los números son así de alarmantes. “Se esperan semanas muy difíciles, señaló, pues en algunos países el número de infecciones se está acelerando rápidamente”.
Con pocas excepciones, los países lo han manejado en general, muy mal. En algunos de ellos, desgraciadamente los más grandes, con gobiernos que no solo no se prepararon para la emergencia sanitaria, sino que minimizaron los peligros que la infección suponía.
Sistema sanitario precario. Uno de los factores del contagio y muertes
Un factor en el crecimiento del contagio en el continente es el hecho que el sistema sanitario público deja mucho que desear. Existe el privado del cual disponen sólo un mínimo porcentaje de la población. Además, no han podido abastecerse de suficientes pruebas de diagnóstico, elemento fundamental en el poder detectar el contagio y poder separar los contagiados de los demás enfermos. Incluso los asintomáticos y tomar medidas restrictivas como cuarentenas dentro de sus casas. América Latina, no tiene solamente problemas con acceso a test de diagnóstico, también respiradores suficientes, y equipos de bio seguridad para el personal médico, son todos materiales que deben importar.
Sir Salvador Moncada, ¿Cómo combinar medidas de prevención con la situación económica que viven la mayoría de latinoamericanos? Hablo de los millones de personas que viven del empleo informal. ¿Qué proponer a los sistemas de salud nacionales para que su acción sea más efectiva? ¿Qué se debe fortalecer?
R./ La falta de preparación y la falta de respuestas efectivas solo se pueden entender cuando se toma en cuenta la estructura de nuestros países con todas sus desigualdades sociales entre las que se cuenta el descuido a la Salud Pública. En países adonde la economía informal representa más del 50 % de la economía, es decir una inmensa mayoría de gente viviendo de lo que produce o vende el mismo día, no se puede implementar las medidas necesarias para contrarrestar la dispersión del virus por la población. El distanciamiento social, las medidas higiénicas, el uso de mascarillas, las cuarentenas, se pueden hacer en las colonias de la gente que tiene recursos, no en las villas miseria. Si a eso le sumamos las enormes deficiencias de los servicios sanitarios que son también de una desigualdad extrema, entonces tenemos una mezcla venenosa. En América Latina en los últimos 40 años se ha descuidado la Salud Pública. Se ha favorecido la medicina privada.
América Latina solo invierte una media de alrededor del 6.5% del PIB en Salud. Esto esconde una gran variación pues va desde menos del 2% , el país que menos invierte hasta casi el 12% el que más. Los países ricos invierten bastante más que eso.
El número de camas de hospital es solo de 2 por cada mil habitantes, cuando la OMS recomienda por lo menos 5. Ahora bien, ese número no refleja la realidad de acceso pues cuenta todas las camas incluso las de instituciones privadas cuyo acceso está cerrado para la inmensa mayoría de la población.
Lo que hay en América Latina, es un sistema privado de salud que sirve a la minoría y funciona a través de seguros y gasto privado, como en los EEUU y otros países desarrollados, y una red de salud pública pagada por el Estado que ha sido desmantelada a través de los años. Resultado es que la mayoría de la población vive en un estado de salud precario, eso sin mencionar la atención de salud primaria y la vigilancia epidemiológica que son casi inexistentes. Cuando aparece una emergencia como esta, ni la gente, ni el Estado están preparados. Eso se ve claramente cuando se analiza la presente situación en la que los países con mejores servicios de salud pública están siendo mucho más efectivos en el control
La desinformación sobre la pandemia
Países como Italia, se dedicaron desde el principio de la pandemia a informar a la población con mensajes claros sobre el concepto del virus, sus causas y consecuencias. Y como prevenir su contagio. En muchos países del continente latinoamericano, no siempre ha sido así. En una entrevista hecha por su Fundación, Honduras Global, Salvador Moncada habla claramente de las medidas de bioseguridad. No basta con usar las mascarillas, hay que aplicar otras medidas en su uso, y las manos se deben lavar muy bien, con un proceso que dura varios minutos. Al hablar de distanciamiento social y evitar aglomeraciones, se entiende también con familiares y amigos.
En algunos países se minimizó el problema como EEUU y Brasil, y los resultados son graves. Desde febrero que América Latina registró su primer caso, después de un mes se registraron más de 60 mil contagios y seis mil muertos, el país latinoamericano más golpeado era Brasil, con apenas 25 fallecidos. América Latina sobrepasa a Europa y EE.UU. como la región con más casos diarios de coronavirus.
Economía precaria
La mayor parte de los países del continente tiene una economía precaria, lo que dificulta la efectividad del confinamiento, pues muchos trabajan en forma informal, y viven del sustento diario. Decidieron que o mueren de hambre o de Covid19. Además, no tienen recursos ni para lavarse las manos, pues carecen de agua, ni mucho menos comprarse una mascarilla.
Vacunas y curas contra el coronavirus
Sir Salvador Moncada junto con la científica española, Concepción Peiró están buscando una cura contra el Covid19.
Ambos coincidieron con la “hipótesis de que el aumento de la angiotensina-(1-7) podría proteger los pulmones de los peores síntomas del Covid-19 mientras el sistema inmunológico hacía su trabajo sobre el virus”.
“Un porcentaje significativo de las personas que contraen la enfermedad se recuperan sin desarrollar síntomas pulmonares graves”
Sir Moncada afirmó a Vatican News que actualmente hay más de 100 vacunas en desarrollo y todos los métodos que se conocen para hacer vacunas se están probando incluso algunos muy novedosos que no han generado vacunas antes.
“Hay por lo menos 3 que están entrando en fase tres en que se prueban en poblaciones relativamente grandes. Creo que para fines de año sabremos si hay una o varias que son efectivas y relativamente seguras. Para saber si son seguras se debe darlas a muchos miles de personas. Ahora bien, hacer vacunas no es trivial. Es más difícil que hacer una medicina a partir de una molécula química pequeña”, dijo el científico.
El problema que vendrá después será hacer la vacuna en “las cantidades necesarias, es decir miles de millones de dosis y distribuirla a nivel mundial, será una empresa colosal que debería ser el resultado de un esfuerzo de colaboración de todos los países del mundo para asegurar una distribución equitativa”, señaló Moncada, pero teme que “algunos países o compañías que hagan vacunas empiecen a tener prioridades que estén por fuera de las necesidades de la salud pública mundial incluyendo la de los países en desarrollo. La OMS, que tiene la experiencia y la red internacional necesaria, debería de hacer esto. A la OMS hay que reforzarla y apoyarla”, afirmó.
Mientras viene la vacuna. Seguir con medidas restrictivas
Sir Salvador Moncada afirmó que mientras no haya una vacuna tendremos que vivir dependiendo de las medidas de bioseguridad, distanciamiento social, lavado de manos, etc. y que son difíciles de cumplir en las poblaciones pobres.
“Los gobiernos deberían de tener medidas de rescate de la población especialmente con algún dinero y seguridad alimentaria. Habría que proteger especialmente las áreas de producción agrícola de alimentos y tener un programa de detección de la enfermedad, aislamiento y seguimiento de los enfermos que sea ágil y eficiente. Lugares de cuarentena etc. En algunos países, desgraciadamente, la pandemia se ha politizado. Se ha dicho que hay una dicotomía entre salvar gente y salvar la economía. Y ahora se está abriendo la economía en medio de la pandemia y poniendo en peligro la vida de millones de personas”, afirmó.
La verdad, dijo por último el científico hondureño, es que no hay dicotomía, se puede hacer ambas cosas. Abrir la economía mientras no se tenga sistemas de detección de la enfermedad, seguimiento de los contactos y aislamiento de los infectados es totalmente irresponsable. Para Moncada lo que tratan de ocultar esos países es que antes de la pandemia, no tenían servicios de salud pública para la mayoría de la población, robustos y preparados para estas eventualidades. Tenían centros de medicina privados. Solo medicina de lujo.
Es urgente tener suficientes test de diagnósticos, para que cuando se trabaje con la población, y se asegura su participación, se puede separar a los enfermos y mantener los sanos trabajando, expresó, si no se sabe quién está enfermo y puede infectar a los otros entonces no se puede planear.
Sobre la cura de la Dexametasona
Sobre un reciente estudio en el Reino Unido que ha presentado evidencia de que la Dexametasona disminuye significativamente la mortalidad en pacientes hospitalizados con coronavirus que necesitan oxígeno o están en ventiladores, Moncada recordó que la dexametasona es un antiinflamatorio que pertenece al grupo de los esteroides.
Esta evidencia es importante y creíble, dijo, pues viene de un estudio multicéntrico, aleatorio e incluye muchos pacientes. Además señaló que hay evidencia anecdótica que este tipo de medicinas funciona, ya existía en muchas partes y en España, en marzo de este año ya se había publicado un trabajo demostrando beneficio en daño pulmonar que el SARS-cov-2 produce.
El científico aconseja que este estudio es el primero riguroso que nos da esta información y es este tipo de estudio el que debería de guiar la práctica clínica. Por el momento, se prueban muchas cosas y muchos tratamientos “sin saber si tienen un efecto positivo o, peor aún, si puede producir más daño que beneficio. Esa es una práctica peligrosa”, sentenció Sir Salvador Moncada.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí