Experto Bermejo: “cuando ya no hay cura el camino es acompañar”
Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano
“Los cuidados paliativos son la respuesta más humanizada y humanizadora que podemos dar los seres humanos a las personas que sufren particularmente situaciones de enfermedad avanzada e irreversible, que han llegado a un momento en el que no responden a los tratamientos curativos”. Lo afirma José Carlos Bermejo, religioso camilo, experto en humanización de la salud, duelo y bioética y Director del Centro de Humanización de la salud y Centro Asistencial San Camilo de Madrid.
Cuando ya no hay posibilidad de curar a una persona con tratamientos o intervenciones, los cuidados paliativos resultan la opción más humana para nuestro ser querido. De hecho, tal y como explica el experto Bermejo, se trata de “un trabajo interdisciplinario para que la persona no tenga dolor, descanse bien y no tenga los síntomas que le hacen sufrir con ocasión de la enfermedad irreversible e incurable”.
El ensañamiento terapéutico: un error que sólo alarga el sufrimiento
Pero en este afán de evitar el sufrimiento, también está el de salvar a nuestro ser querido a toda costa, a veces incluso “cuando no se debe” y que es lo que se conoce como “ensañamiento terapéutico”: “Esto puede ser un error porque puede llevarnos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance incluso cuando no se debe, por ejemplo cuando ya no hay expectativas de que eso sirva para la persona, para recuperar su salud o prolongar dignamente su vida”. Ensañarse por tanto es – dice José Carlos Bermejo – “permitir a la tecnología que sea la que manda, la que coloniza, la única que dice que hay algo que hacer porque se puede aunque no esté indicado o alivie ni entregue salud”. En cambio, los cuidados paliativos son la respuesta que nos permiten acompañar a la persona sin adelantar su proceso de morir y sin encarnizarnos y estirar la vida cuando la vida ya está dando indicaciones de que ya se encuentra en su fase final.
Confusión de términos: sedación, paliación, eutanasia
Hay una cosa clara y en la que todos coincidimos: el deseo universal de aliviar los síntomas y de aliviar a las personas en su sufrimiento. Pero, desgraciadamente hay mucha confusión con los términos y hay personas que confunden la sedación, la paliación y la misma eutanasia como si fueran lo mismo: “muchas personas queriendo decir queremos trabajar contra el sufrimiento dicen estar de acuerdo con la eutanasia cuando en realidad lo que querrían decir es que no quieren que la tecnología invada todo cuando ya debería retirarse y dar espacio más a la dimensión del acompañamiento humano” asegura Bermejo y explica que precisamente para eso se puede dar una respuesta paliativa “incluso si se diera al caso una respuesta de sedación”. Es por ello que al haber confusión de términos, “algunas personas expresan su deseo de humanización diciendo estar a favor de la eutanasia”.
La hipertrofia del principio de autonomía olvida que somos un bien social
Otro de los errores que se pueden cometer – advierte el experto en salud – es el de la “hipertrofia del principio de autonomía”, ese modo de enfangar que el ser humano individual es dueño de su propia vida hasta el máximo y por lo tanto, el Marco jurídico y legal le debe permitir terminar con ella cuando uno siente que no le compensa vivir porque sufre más que goza. “Es una respuesta que mira la autonomía haciendo de ella el último criterio, olvidando que los seres humanos además de responder a una autonomía, respondemos a una interdependencia en la que el bien individual de la vida es también un bien social, mi vida es también de aquellos que me quieren y de aquellos a quien quiero”. Es por ello que Bermejo invita a cuidar y cuidarnos de tal manera “que nadie se quiera morir”, justamente “porque estás bien cuidado y los síntomas que te producen malestar están siendo paliados y acompañados”.
Humanizar la salud para evitar una veterinaria de cuerpos humanos
Al final de la entrevista, José Carlos Bermejo explica lo que significa “humanizar” en el contexto de la salud y de los cuidados: “se corre peligro de que la tecnología despersonalice y que los seres humanos seamos mirados como un cuerpo en su dimensión biológica que se estropea y ante el cual podemos dar respuestas a partir de la tecnología y de los avances de la investigación científica”. “Esto está muy bien – dice – pero los seres humanos somos personas, somos relacionales, somos afectivos, somos sujetos, somos entes morales, tenemos una dimensión espiritual, entonces hablar de humanizar es hablar de atención centrada en la persona, donde la empatía y la alianza terapéutica hacen las claves”.
De hecho – puntualiza – “si las profesiones de salud no están humanizadas se pueden convertir en veterinaria de cuerpos humanos o simplemente de despliegue de un arsenal tecnológico que intentan reparar el cuerpo cuando se ha estropeado como se repararía una máquina en un taller”. En cambio – finaliza – “humanizar es impregnar de lo más genuinamente humano, la compasión, el amor, la empatía, la personalización y la relación de cuidado”.
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