Brasil, situación bajo control. Cientos de detenidos y la capital presidiada
Stefano Leszczynski - Ciudad del Vaticano
El Presidente de Brasil, Lula da Silva, está cerrando filas contra quienes calificó de "terroristas" que asaltaron el domingo los edificios de las instituciones democráticas brasileñas. Junto a él, los presidentes de la Cámara, el Senado y el Tribunal Supremo firmaron una condena conjunta 'por los actos terroristas, vandálicos, criminales y golpistas' perpetrados por partidarios del expresidente Jair Bolsonaro. Mientras tanto, en la capital, Brasilia, las fuerzas de seguridad desalojaron el campamento instalado frente al cuartel general del ejército y detuvieron a más de 1.500 personas.
Apoyo internacional a Lula
Tras la conmoción provocada por las imágenes del asalto a la sede de la Presidencia de la República y del Parlamento, que recordaron a muchos lo ocurrido en Washington hace dos años, Lula recibió una solidaridad internacional casi unánime. Cabe destacar la llamada telefónica del Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que se encuentra en México para asistir a una cumbre regional con el Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau, y el Presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador. Bolsonaro, que se expatrió a Florida cuando aún ocupaba el cargo presidencial, es señalado por Lula como el inspirador de los disturbios y el Congreso ha anunciado una comisión de investigación sobre su papel en los disturbios de Brasilia. Una iniciativa que lo convierte en un invitado aún más incómodo para Estados Unidos. Tanto es así que el consejero de seguridad nacional, Sullivan, ha anunciado que, si Brasil presentara una solicitud de extradición, se trataría con la máxima seriedad. Por el momento, de Bolsonaro se sabe que está ingresado en un hospital de Florida desde anoche, según reveló él mismo a través de sus canales sociales.
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