Día Mundial contra la Lepra, del Papa la invitación a la plena integración
Francesca Sabatinelli - Ciudad del Vaticano
En el Día Mundial contra la Lepra, que hoy celebra su 70ª edición, el Papa, en el Ángelus, ha querido expresar su "cercanía a los enfermos de lepra" alentando "el compromiso por la plena integración de estos hermanos y hermanas nuestros".
La lepra, una enfermedad hoy olvidada por muchos pero que sigue afectando a millones de personas, aunque curable, sigue siendo un grave problema sanitario en el mundo. El Día Mundial de la Lepra, que se celebra cada último domingo de enero, querido y promovido por Raoul Follerau, y reconocido oficialmente por las Naciones Unidas, es un momento fundamental para recordar no sólo que la enfermedad de Hansen nunca ha desaparecido, sino que sigue estando fuertemente presente, sobre todo en las zonas más pobres del mundo, donde no hay acceso a la atención primaria.
Una enfermedad en aumento
La lepra es hoy un problema sanitario de primer orden en países como la India, en muchos lugares de África, en América Latina y en algunas regiones de China. El diagnóstico precoz sigue siendo crucial, ya que puede evitar, explican los especialistas, deformidades estéticas y daños nerviosos que, si se diagnostican tarde, se consideran irreversibles. En 2021, indica Aifo, la Asociación Italiana de Amigos de Raoul Follereau, el número anual de personas diagnosticadas aumentó más de un 10%, al igual que el número de personas con discapacidades graves ya en el momento del diagnóstico. Además, el estigma hacia quienes padecen esta enfermedad continúa en todo el mundo. En total, cada año -estima la OMS- más de 140.000 nuevos enfermos se suman a los 3-4 millones que viven con la enfermedad o sus consecuencias.
Francisco, no olvidemos a la gente
"Ninguno en los márgenes" es el lema de esta edición, que nos recuerda lo fundamental que es no dejar a nadie atrás porque, como indicaba el Papa en un mensaje enviado a la conferencia sobre la enfermedad de Hansen celebrada hace unos días en el Augustinianum: "Lo que debe preocuparnos, hoy más que entonces, es que no sólo la enfermedad puede caer en el olvido, sino también las personas". De ahí la firme invitación de Francisco a no "olvidar a estos hermanos y hermanas nuestros" y a no "ignorar esta enfermedad, que por desgracia sigue afectando a tantos, sobre todo en los contextos sociales más pobres".
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