Ucrania, daños psicofísicos en menores. Save the Children: "Nadie está a salvo"
Layla Perroni - Ciudad del Vaticano
Tras 500 días de guerra en Ucrania, la esperanza en el futuro ya empieza a desvanecerse. Y quienes pagan el precio son sobre todo los menores. Desde el inicio del conflicto en el país, cada día mueren o resultan heridos unos tres niños. Así lo denuncia Save The Children, la organización que lleva más de cien años luchando por salvar a los menores en riesgo y garantizarles un futuro, mostrando las cifras de Naciones Unidas al respecto. De febrero de 2022 a marzo de 2023 -señala la organización- se produjeron 25.000 víctimas de operaciones militares en Ucrania. Entre los 1624 menores incluidos en la elevada cifra, 532 murieron y 1092, resultaron heridos. Junio, por otra parte, "fue el mes más mortífero para los niños del país: hasta 54 perdieron la vida", reza el comunicado. Sonia Khush, directora nacional de la organización en Ucrania, afirma que "con la amenaza siempre presente de los ataques con misiles, un estado de ansiedad constante se ha convertido en la nueva norma para los niños. No se puede subestimar el riesgo para su salud mental y los posibles daños a largo plazo".
Ataque a la mente de los niños, la historia de Zoriana
Además de la amenaza constante de muerte o lesiones, los niños del país sufren graves traumas psicológicos a causa de los ataques aéreos, los misiles y los bombardeos. La organización recuerda la historia de Zoriana (nombre ficticio utilizado para proteger la intimidad de la niña), una niña ucraniana de 12 años. El pasado mes de abril, la pequeña, acompañada por su madre, estaba a punto de subir a un tren que salía de Kramatorsk para escapar de la devastación que las operaciones militares habían provocado en el oeste de Ucrania. De repente, un andén abarrotado situado a pocos metros fue alcanzado por un misil ruso. Sesenta personas murieron en el ataque y 120 resultaron heridas. Zoriana relata la preocupación y ansiedad de su madre al ver los cadáveres de los que habían perdido la vida. Una vez fuera, la niña dice que vio el misil y que "su madre también lo vio y se desmayó". Tras el ataque, la pequeña ucraniana sufrió problemas cardíacos y desarrolló síntomas de trastorno postraumático, como ataques de pánico y miedo a los ruidos fuertes. Zoriana y su madre viven ahora en la parte occidental de Ucrania, ya no experimentan los horrores de la guerra a diario, ambas se están recuperando y la niña ha empezado a dar clases de danza.
Escuelas como zonas de paz y arte-terapia
Save the Children apoya y defiende el derecho de los niños a una educación segura, especialmente en zonas de guerra. En Ucrania, la organización puso en marcha el programa "Escuelas como zonas de paz", en el que participan Zoriana y niños que, como ella, han experimentado los horrores de la guerra. En el país, la organización también lleva a cabo actividades de apoyo psicosocial en centros de aprendizaje digital y colabora con la asociación Amici dei Bambini (Ai.Bi.), donde personal formado ayuda a los niños a resocializarse y superar el trauma causado por el conflicto. Entre los diversos centros de Ai.Bi., Save The Children recuerda el de Kharkiv, donde se ha puesto en marcha una campaña #ChildrenxLAPACE y un curso de arteterapia para "escapar del estrés y transformar los miedos" de los niños, señala el comunicado. Una de las psicólogas del centro, Kateryna (nombre inventado para proteger la identidad de los entrevistados), explica que la demanda de apoyo psicológico está creciendo en Járkov. Incluso los adultos sufren constantemente a causa de los bombardeos y las huelgas. "Sustituimos los recuerdos negativos por otros positivos, miramos el presente, aprendemos a encontrar la alegría en cada día y eliminamos la ansiedad causada por esos recuerdos, para hacerla desaparecer", dice Kateryna.
Respetar los derechos y proteger los edificios
Save The Children, presente en el país desde 2014, hace un llamamiento a los implicados en el conflicto. La organización pide que se respeten las obligaciones derivadas del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos. Es importante, según la organización, que los edificios civiles, "en particular los utilizados por los niños, como hogares, escuelas y dispensarios, estén protegidos de los ataques".
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