El Papa, un "campeón" de los derechos humanos según Volker Türk
Francesca Merlo - Vatican News
Hay normas que se aplican en la guerra, un derecho internacional que debe respetarse, incluso cuando se perpetra la violencia. "Desgraciadamente, estas reglas no se respetan".
Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, habla de la importancia de respetar el Derecho Internacional, pero también el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Pero para ello, el mundo necesita hacer realidad el derecho a la paz. Este fue un tema de conversación muy importante entre el Alto Comisionado y el Santo Padre durante su encuentro del viernes 26 de enero. "El Santo Padre es un defensor de la causa de los derechos humanos en el mundo", dijo Volker Türk a Vatican News. "Hablamos de los conflictos que asolan nuestro mundo y hablamos de los peligros de la inteligencia artificial", afirma. "Sabemos que cuando se combinan las plataformas de medios sociales y la inteligencia artificial generativa, esto podría tener un impacto negativo en el espacio democrático porque se difunden noticias falsas, desinformación, discursos de odio, y es muy importante contrarrestarlo".
Historia frente a IA
Pero esta tecnología va más allá de afectar al habla y a la información. Empeora conflictos ancestrales, creando situaciones paradójicas. "Vemos guerras que se remontan al pensamiento del siglo XIX", afirma Türk, haciendo referencia a la invasión rusa de Ucrania. Asimismo, si nos fijamos en lo que está ocurriendo en Oriente Medio, "si se combina con la tecnología la capacidad de hacer daño se multiplica".
"Y tenemos una posición muy clara sobre las armas autónomas letales", continúa. "Las armas autónomas letales son absolutamente contrarias a la legislación sobre derechos humanos y no deberían utilizarse. Deben prohibirse".
Türk reitera la importancia de insistir constantemente en el marco normativo que debe establecerse. Recuerda la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. "Aquello fue una promesa para el mundo", sostiene, pero hoy tenemos más de 50 situaciones de conflicto violento.
Deshumanización en ambos bandos
Al hablar de la situación en Oriente Medio, Türk describe la guerra entre Hamás e Israel como "una tragedia sin paliativos". No podemos olvidar los terribles atentados perpetrados por Hamás el 7 de octubre, y recuerda que en Gaza sigue habiendo rehenes. Tampoco podemos ignorar que, desde ese día, "hemos asistido a una increíble reacción del ejército israelí que ha provocado más de 25.000 asesinatos, el 70% de ellos de mujeres y niños". En Gaza también hemos asistido en estos meses a la denegación de ayuda humanitaria, que simplemente "no llega como debería". También hemos asistido a un aviso de hambruna. "Todavía tengo colegas sobre el terreno que me dicen que han perdido a miembros de su familia. Y eso lo oímos casi todos los días", asegura.
La necesidad de un alto el fuego
Lo más triste es ver cómo ambos bandos se deshumanizan mutuamente", manifiesta Türk, "y espero que los que están librando esta guerra entren en razón". Esta guerra no sólo afecta a Israel y Palestina, "ya podemos ver las tensiones con Líbano, y lo que está sucediendo en el Mar Rojo, junto con tensiones más amplias en la región". El mundo no puede permitirse otra guerra más amplia que la actual, advierte Türk. Está claro que "necesitamos un alto el fuego".
Conflictos olvidados
Mientras la mirada de la comunidad internacional se centra en los conflictos de Ucrania y Oriente Medio, muchos otros pasan desapercibidos, a pesar de que provocan algunas de las mayores y más atroces violaciones de los derechos humanos. Situaciones como Haití, con su guerra de bandas, o Sudán, Myanmar y Siria: "Estos lugares ya casi no salen en las noticias y lo que me preocupa es que dentro del conflicto y la violencia, aquí también hay una deshumanización inherente del otro, y las consecuencias a largo plazo de la guerra son terribles".
Türk aclara que todas las violaciones de los derechos humanos tienen siempre un efecto perjudicial. "No queremos que se produzcan violaciones bajo ninguna circunstancia", pero hay ciertas violaciones que pueden considerarse peores que otras. "Por eso hablamos de crímenes atroces, por ejemplo. Hablamos de crímenes contra la humanidad. Hablamos de crímenes de guerra. Hablamos de genocidio. Y hay definiciones jurídicas muy claras asociadas a ellos. Por eso también tenemos el Tribunal Penal Internacional, que se ocupa específicamente de los crímenes atroces, los crímenes de guerra, los crímenes contra la humanidad y el genocidio".
La lucha contra la pena de muerte
Al hablar de deshumanización es imposible no abordar la violación de los derechos humanos que sigue produciéndose en Estados Unidos. Hablamos de la muerte de Kenneth Smith el 25 de enero. El condenado a muerte en el estado de Alabama fue la primera persona en morir mediante gas nitrógeno. La ejecución duró unos 22 minutos y Smith pareció permanecer consciente durante algún tiempo. El hombre ya había sufrido una primera ejecución el 17 de noviembre de 2022 tras ser sometido a una inyección letal, a la que sobrevivió porque los verdugos no habían logrado encontrar la vena. A partir de ese momento, Smith empezó a sufrir ansiedad y depresión.
"Es cruel. Está claro. No hay otra palabra para describirlo", dice el Sr. Türk. "Francamente, la pena de muerte no debería tener cabida en el siglo XXI". Türk se refiere no sólo a Estados Unidos, sino también a Irán, Irak, Japón y todos los demás países que aún no han abolido esta forma de castigo. "El Estado no debería ejercer ese poder de esa manera. No es lo apropiado en este siglo. Y deberíamos superarlo. Sólo puedo pedir a todos los que tienen alguna influencia sobre quienes quieren que esto siga ocurriendo que utilicen esa influencia para poner fin a esta práctica de una vez por todas".
Una pendiente resbaladiza
"En mi calidad de Alto Comisionado para los Derechos Humanos, sabemos que incluso las violaciones más pequeñas pueden dar lugar a otras más graves con el tiempo", afirma Türk, quien añade que se trata de una pendiente resbaladiza y que debemos ser conscientes de sus inicios para evitar que se produzcan.
A medida que más de 40 países se acercan a las elecciones generales del año 2024, la esperanza es que los votantes de todos estos países se tomen muy en serio este voto, que participen en las elecciones, "y que tengan en cuenta si los programas de los partidos incluyen el respeto a los derechos humanos". Esto, subraya Türk, es muy importante, "porque también vemos en los partidos una tendencia al extremismo, una tendencia a la deshumanización de otras personas en la cuestión de los refugiados, la protección de los refugiados, la protección de los inmigrantes".
Mi esperanza, añade, es que "si los partidos políticos intentan promover una actitud que no se ajusta a los derechos humanos, el electorado lo tenga en cuenta".
El comienzo de un mundo mejor
"El viejo mundo está muriendo. El nuevo tarda en aparecer. Y en este crepúsculo nacen los monstruos".
Volken Türk concluye citando a Antonio Gramsci. Este es el periodo de los monstruos, explica. "Pero ya vemos los comienzos de un mundo mejor, de un mundo que se basa fundamentalmente en los derechos humanos, que se basa fundamentalmente en el respeto de la dignidad humana". Hay esperanza, concluye, y sin ella no estaríamos en ninguna parte.
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