Alud en Papúa Nueva Guinea, cerca de dos mil víctimas
Giancarlo La Vella y Marco Guerra - Ciudad del Vaticano
Un corrimiento de tierras de vastas proporciones se produjo hace unos días en el interior de Papúa Nueva Guinea. El movimiento de tierra afectó a decenas de casas y algunas aldeas. Hasta ahora sólo se han encontrado cinco cadáveres, pero las previsiones de la ONU hablan de un posible número de 2.000 víctimas sepultadas bajo la tierra. La dificultad para establecer un número fiable de víctimas mortales se debe a que la catástrofe se produjo en una zona de difícil acceso y también a la reciente afluencia a la zona de tantas personas que huyen de los conflictos tribales en las zonas vecinas. Se calcula que el corrimiento de tierras arrasó unas 150 casas, divididas en seis aldeas, habitadas por al menos 4.000 personas. Esto podría sugerir un número aún mayor de víctimas.
La ONU: dispuesta a apoyar al país
El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, se declaró profundamente conmocionado y entristecido por lo ocurrido. «Las Naciones Unidas -añadió- y sus socios están apoyando los esfuerzos del Gobierno de Papúa Nueva Guinea. Estamos dispuestos a ofrecer más ayuda en estos momentos difíciles». La movilización es general y la gente lucha contrarreloj para rescatar a cualquier superviviente, socorrer a los heridos y a las personas sin hogar en un escenario donde la destrucción es total».
Vecchia: la dureza del entorno ralentiza las labores de rescate
«Es una tragedia que se inscribe en un contexto medioambiental difícil, alta montaña, grandes bosques y escasamente poblado», explica a Radio Vaticano - Vatican News el periodista asiático Stefano Vecchia. «Las conexiones se mantienen a menudo con helicópteros», dice, «luego hay que tener en cuenta que hay precipitaciones muy fuertes y, por último, hay que considerar que se trata de una zona de explotación minera». Según Vecchia, en esta realidad es muy difícil llevar ayuda y extraer a los supervivientes del desprendimiento. En el plano geopolítico, Vecchia señala que se trata de un país en equilibrio entre los objetivos de poderosos «vecinos» que quieren tener presencia en esta zona fronteriza entre Asia y el Pacífico, en particular Estados Unidos y China, mientras se mantiene una relación muy estrecha con Australia. Por último, el periodista subraya que Papúa Nueva Guinea es una riqueza en biodiversidad y que representa «una especie de laboratorio» de los efectos del cambio climático.
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