India: cristianos de Manipur están abandonados a su suerte
Xavier Sartre - Ciudad del Vaticano
Al menos 200 muertos, 60.000 desplazados, decenas de mujeres violadas, casas, comercios, pueblos y lugares de culto, muchos de ellos cristianos, incendiados, atacados, saqueados y vandalizados: este es el balance de la violencia que asola el estado indio de Manipur, al este del país, desde hace más de 400 días. Las milicias pertenecientes a la mayoría meitei persiguen a los miembros de las tribus kuki, que, junto con otras tribus, constituyen el resto de la población.
Ante esta situación, la organización de derechos humanos Amnistía Internacional ha condenado la falta de reacción de las autoridades. «El gobierno indio dirigido por el Bharatiya Janata Party (BJP) y el gobierno del Estado de Manipur están incumpliendo totalmente su deber de poner fin a la violencia y al desplazamiento de poblaciones, y de proteger los derechos humanos en el Estado», escribió la ONG en un informe hecho público el miércoles 17 de julio.
"El Primer Ministro indio no ha venido ni una sola vez-afirma Aakar Patel, presidente de Amnistía Internacional India-. No lo visitó durante la campaña para las elecciones generales que tuvieron lugar a principios de este año, y sólo habló del Estado en dos o tres ocasiones. Es curioso y triste ver que no ha mostrado suficiente interés", continúa.
La misma indiferencia mostraron las autoridades regionales, también tildadas de BJP. "Sospecho que no quieren que se vea que han fracasado en materia de seguridad. Por eso el gobierno de la Unión no ha destituido al Ministro Principal, que es el líder local responsable del estado. Creo que esto ha permitido que continúe la violencia", explica Aakar Patel.
Como consecuencia de la violencia, unas 60.000 personas se ven obligadas a vivir en campos para desplazados, en condiciones muy precarias, sólo disponen de lo básico, comida y cobijo. "Creo que el gobierno tiene que hacer mucho más para garantizar que estas personas se rehabiliten de la mejor manera posible -afirma el presidente de Amnistía India-. Y creo que uno de los resultados que deberíamos buscar es garantizar que se crean las condiciones para que puedan regresar a sus hogares. De momento, no se está haciendo nada en este sentido", lamenta.
Su principal temor es que "no pase nada, que nada cambie y que estas personas sigan en los campos". El resultado de más de un año de crímenes impunes es un territorio ahora dividido, con el valle casi desprovisto de tribus kuki y otros donde ya no quedan meitei.
Los activistas de derechos humanos y los periodistas tienen enormes dificultades para informar de lo que ocurre sobre el terreno. El informe de Amnistía menciona varios casos de activistas claramente amenazados por miembros de la milicia meitei. También en este caso, las autoridades no hacen nada para protegerles, cuando no les intimidan ellas mismas. No se trata de dar publicidad a lo que ocurre.
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