México: Tras el terremoto de 2017 reconstruyen 3200 templos e iglesias
Vatican News
El martes, 19 de septiembre de 2017, un potente terremoto de 7.1 grados Richter sacudió México. Según el Servicio Sismológico Nacional de México su epicentro se localizó a 12 km al sureste de Axochiapan, en el Estado de Morelos. El sismo ocurría doce días después del terremoto de Chiapas y dejaba cuantiosos daños en los estados del centro de México, como lo recuerda el señor Alberto Barranco Chavarría, Embajador de México ante la Santa Sede.
“Al luto de 370 familias, la angustia por la suerte de 1700 hospitalizados y el desamparo de 20 mil damnificados sin techo, al terremoto de 7.1 grados Richter del 19 de septiembre de 2017, cuya virulencia alcanzó la Ciudad de México y ocho entidades federativas del país, se añadía otra tragedia: la afectación o destrucción de 3200 templos católicos, algunos con raíces de la época virreinal”.
La identidad de las comunidades fue afectada
A este drama humano se sumó la destrucción de templos e iglesias emblemáticas en la Ciudad de México, Puebla, Tlaxcala, Chiapas, Michoacán, Veracruz, Morelos, Guerrero y Oaxaca. Como señala don Alberto Barranco, este sismo afectó “a veces las torres, las cúpulas, el presbiterio, el ciprés, y a veces figuras de santos y obras de arte sacro, en paralelo a campanas centenarias”.
“Las escenas apuntaban a la desolación: destruida la singular cúpula de siete ojos de la iglesia de Los Ángeles, daños de mediana a gran intensidad en los históricos templos de San Fernando y San Juan de Dios, capilla, uno, del primer colegio de Propaganda Fide y, el otro, del primer hospital de beneficencia de la Nueva España. El inventario – precisa el Embajador – hablaba de ruinas en 145 recintos religiosos, uno de ellos con jerarquía de basílica menor, la segunda de la capital del país”.
La voluntad de hacer equipo hacia una meta común
Siete años después, y gracias a una acción coordinada entre las autoridades del país y representantes de la Iglesia católica, las campanas fueron convocando al regreso gozoso de los fieles a lo que representa el corazón de sus comunidades, es decir, a los templos y capillas. El Embajador de México ante la Santa Sede señaló que, la inversión para recuperar el patrimonio cultural y religioso de México superó los 10 mil millones de pesos.
“De la reconstrucción, restauración o remodelación se ha concluido en una acción coordinada entre autoridades y representantes de la Iglesia católica a nivel federal o diocesano, bajo la coordinación de la Secretaría de Cultura del gobierno de México”.
Finalmente, don Alberto Barranco indicó que, la convocatoria para esta recuperación aglutinó un ejército de 39 mil trabajadores, entre arquitectos, restauradores, canteros, doradores, o alarifes, a los que se sumaron voluntarios de las comunidades afectadas. “Un hito – agregó – que necesariamente dejará una huella hacia el futuro: la voluntad de hacer equipo hacia la meta común”.
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