Piden una estrategia europea ante la disminución de la natalidad
Marco Guerra – Ciudad del Vaticano
Durante su 46º viaje apostólico a Bélgica y Luxemburgo, el Papa volvió una y otra vez sobre el viejo tema de la falta de natalidad, instando a las comunidades de los países que visitó a abrirse a la vida. El llamamiento de Francisco se lanzó en el corazón de Europa, el Viejo Continente donde todos los países se ven afectados por el fenómeno social del descenso de la natalidad.
Datos europeos
Entre las naciones menos fértiles se encuentran Italia, España y Malta, con una tasa inferior a 1,3 hijos por mujer, aunque ninguno de los 27 Estados miembros alcanza la llamada tasa de reemplazo, fijada por los demógrafos en 2,1 hijos por mujer, incluida Francia, que hasta hace unos años era una feliz excepción.
Los signos de esperanza proceden de algunos países que han conseguido invertir la tendencia negativa de los últimos años. Según los datos de Eurostat para el 2023, en al menos nueve países, entre ellos Alemania, la tasa de fecundidad ha vuelto a aumentar, gracias en parte a importantes políticas de apoyo a la natalidad, la paternidad y el equilibrio entre trabajo y familia.
Bassi: las políticas familiares, una inversión
El reto de la natalidad requiere un esfuerzo también a nivel de la UE y, en este sentido, la Federación de Asociaciones familiares católicas europeas (Fafce) pide considerar las políticas familiares como una inversión para el crecimiento.
«La Unión Europea puede ayudar a los Estados miembros a interpretar mejor la propia naturaleza de las políticas demográficas», explica Vincenzo Bassi, presidente de la Fafce, para quien hasta ahora ha habido un malentendido que ha llevado a considerar las políticas demográficas como un coste social, cuando tienen sobre todo repercusiones económicas.
«Estas políticas – subraya – tienen un gran retorno en términos de crecimiento económico». Teniendo esto en cuenta, cree que la necesidad de políticas de natalidad puede transmitirse fácilmente.
Lo que hace falta es una alianza entre los Estados
Bassi espera que los Estados que comparten este problema, a través de una alianza intergubernamental, sean capaces de estimular a la Comisión europea y al Parlamento para que intenten hacer de la cuestión demográfica un problema compartido.
«Definir las políticas demográficas como políticas de inversión – prosigue Bassi – permitiría a toda la Unión Europea mirar hacia el futuro centrándose en sus comunidades y, por tanto, en el capital humano». La Fafce también está intentando llamar la atención del G7 sobre la cuestión de la natalidad, y de hecho participará en la sesión de la cumbre sobre igualdad de oportunidades que se celebrará en Matera, Italia, del 4 al 6 de octubre.
La Fafce intentará llevar una serie de propuestas compartidas por todos, incluidas las asociaciones feministas, porque «la disminución de la natalidad afecta a todos los continentes menos a África».
«El desarrollo sostenible – concluye Bassi – sólo puede perseguirse garantizando el equilibrio intergeneracional y esto puede lograrse centrándose en las comunidades y en la capacidad generativa de las familias».
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