Aumenta el reclutamiento de niños soldados en Haití
Federico Piana - Ciudad del Vaticano
Su mirada perdida en el vacío y en sus brazos un fusil, casi más grande que él. Tal vez ya haya matado a alguien o se esté preparando para hacerlo. A su edad no querría estar allí, no debería estar allí. Sin embargo, no es el único obligado a jugar a la guerra: hay miles de «soldados» como él en Haití. Niños a los que las bandas armadas, que desde hace tiempo ensangrientan el país caribeño con enfrentamientos y violencia, arrebatan sueños inocentes. Y la vida. Sólo en el último año, un 70% más han sido reclutados a la fuerza, y entre los segundos trimestres de 2023 y 2024 la situación incluso ha empeorado. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) lo denuncia enérgicamente, destacando cómo la nación se ha hundido en un círculo infernal del que parece difícil escapar.
Cicatrices psicológicas y emocionales
«Los niños de Haití están atrapados en un círculo vicioso, reclutados por los mismos grupos que alimentan su desesperación», explica la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, en una nota. En la capital, Puerto Príncipe, los niños en las garras de las bandas y, por tanto, potenciales reclutadores son más de 1,2 millones, un ejército de menores expuestos además a violencia sexual y abusos de todo tipo, que se multiplicaron por diez en 2024. En muchas zonas de Haití», explica Russell, »los niños son sometidos a atrocidades que les dejan cicatrices psicológicas y emocionales que podrían perseguirles toda la vida. El caos y el horror se han convertido en parte de la vida cotidiana».
Desplazamientos sin precedentes
Pero si Haití es un infierno, también lo son las masas de personas desesperadas que intentan huir de las zonas a las que las bandas armadas llevan la muerte y la desesperación. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) calcula que más de 40.000 personas se han desplazado en Puerto Príncipe en los últimos diez días. «La magnitud de estos desplazamientos no tiene precedentes desde el comienzo de nuestra respuesta a la crisis humanitaria en 2022», comentó Grégoire Goodstein, responsable de la OIM para Haití. Un grito desesperado dirigido a toda la comunidad internacional para que ayude al país a salir de este infierno que amenaza con aniquilarlo para siempre.
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