Papa: Redescubrir la belleza de la celebración eucarística
de María Fernanda Bernasconi
En su catequesis de la Audiencia General del segundo miércoles de noviembre el Papa Francisco propuso un nuevo ciclo de reflexiones centradas en el “corazón” de la Iglesia, es decir en la Eucaristía. Y explicó que es fundamental para los cristianos conocer el valor de la Santa Misa, a fin de vivir cada vez más plenamente nuestra relación con Dios.
Hablando en italiano, el Santo Padre afirmó que no podemos olvidar al gran número de cristianos que, a lo largo de dos mil años de historia, han resistido hasta la muerte para defender la Eucaristía; a la vez que tantos hoy, arriesgan su vida al participar en la Misa dominical.
Después de remontarse al lejano año 304 – durante las persecuciones del emperador Diocleciano – para recordar la respuesta de un grupo de cristianos – arrestados por haber sido sorprendidos mientras celebraban la Misa – quienes habían declarado: “Sin el domingo no podemos vivir”; el Papa Bergoglio explicó que esto significa que “si no podemos celebrar la Eucaristía, no podemos vivir”, o que “nuestra vida cristiana moriría”.
Francisco también destacó que Jesús dijo a sus discípulos: “Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán la vida. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y yo lo resucitaré en el último día”. De manera que aquellos fieles de los primeros siglos del cristianismo a los que se les dio muerte a causa de su fe han dejado el testimonio – dijo el Obispo de Roma – de que se puede renunciar a la vida terrenal por la Eucaristía, porque ella nos da la vida eterna, haciéndonos partícipes de la victoria de Cristo sobre la muerte. Y este testimonio – añadió el Papa – “nos interpela a todos pidiéndonos una respuesta acerca del significado que tiene, para cada uno de nosotros, el hecho de participar en el Sacrificio de la Misa y acercarnos a la Mesa del Señor.
De ahí las preguntas que formuló el Pontífice: “¿Estamos buscando aquella fuente de la que brota el agua viva para la vida eterna; que hace de nuestra vida un sacrificio espiritual de alabanza y de agradecimiento y hace de nosotros un solo cuerpo en Cristo?
Éste – respondió el Santo Padre – es el sentido más profundo de la Santa Eucaristía, que significa “agradecimiento”. Sí, agradecimiento a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo que nos implica y nos transforma en su comunión de amor.
Francisco afirmó asimismo que en sus próximas catequesis dará respuesta a algunas preguntas importantes sobre la Eucaristía y la Misa, para redescubrir, o incluso descubrir, cómo a través de este misterio de la fe resplandece el amor de Dios.
Tras aludir al Concilio Ecuménico Vaticano II que estuvo animado por el deseo de conducir a los cristianos a comprender la grandeza de la fe y la belleza del encuentro con Cristo; el Papa Francisco concluyó afirmando que los Padres conciliares subrayaron que la formación litúrgica de los fieles es indispensable para la verdadera renovación.
“Y es precisamente también ésta – dijo textualmente el Papa Francisco – la finalidad del ciclo de catequesis que hoy comenzamos: crecer en el conocimiento del gran don que Dios nos ha dado en la Eucaristía”. A la vez que formuló el deseo de que la Santísima Virgen María nos acompañe en este nuevo camino.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí