Oración por los pueblos en conflicto, la liberación de los secuestrados y las víctimas de Mindanao
María Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano
Invocar el don de la paz especialmente para los pueblos en conflicto
Después de rezar a la Madre de Dios el Santo Padre invitó a los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, “en la espera orante del nacimiento del Príncipe de la Paz”, a invocar el don de la paz para todo el mundo, especialmente para las poblaciones que más sufren a causa de los conflictos en acto.
Que las personas secuestradas sean puestas en libertad
De modo especial, el Papa Bergoglio renovó su llamamiento a fin de que, con ocasión de la Santa Navidad, “las personas secuestradas – sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos – sean puestas en libertad y puedan regresar a sus casas”.
La población de Mindanao en el corazón del Papa
Además, Francisco aseguró su oración por la población de la isla de Mindanao, en Filipinas, afectada por una tempestad que ha causado numerosas víctimas y destrucciones. A la vez que pidió que Dios misericordioso acoja a las almas de los difuntos y consuele a cuantos sufren por esta calamidad.
Por último, al saludar con afecto a los presentes, el Papa sugirió encontrar, en estas horas que nos separan de la Navidad, algún momento para detenernos en silencio y en oración ante el pesebre, para “adorar en el corazón el misterio de la verdadera Navidad, la de Jesús, que se acerca a nosotros con amor, humidad y ternura”.
Acuérdense de rezar por mí
También en esos momentos – dijo el Santo Padre – acuérdense de rezar por mí. A lo que deseó buen almuerzo y feliz domingo.
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