El Papa visitó el Santuario de san Alberto Hurtado

Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano

Fue intensa y llena de emociones la primera jornada completa que vivió el Santo Padre en tierra chilena. La última cita del día la mantuvo con los asistidos en el Hogar de Cristo, iniciativa creada por el sacerdote jesuita Alberto Hurtado el 19 de octubre de 1944, que atiende mensualmente a más de 25 mil personas en extrema pobreza, en las más de 500 obras que posee a lo largo del país.

Este último y más breve encuentro momento del día, tuvo lugar tras la visita a la tumba del santo y el  encuentro privado con los sacerdotes de la Compañía de Jesús en el Santuario de San Alberto Hurtado, y se conformó por el cariñoso saludo de bienvenida dispensado por el padre Pablo Walker sj, Capellán Hogar de Cristo, quien introdujo a su vez el testimonio de una  de las colaboradoras del Hogar y pidió al Pontífice bendecir los alimentos preparados por miembros de la familia el Hogar de Cristo que serían compartidos sucesivamente entre los acogidos.

El Santo Padre bendijo los alimentos y las manos “de quienes lo hicieron, quienes los reparten y quienes los reciben” y oró para que este compartir “enseñe a compartir el camino, la vida y luego el cielo”. Donó al Hogar una imagen de Cristo Misericordioso, y recibió de manos de una de las personas huéspedes del Hogar, una inmigrante Siria en el país, el libro del Pueblo de Dios, forrado con una tela de arpillera creada por voluntarias y acogidas de la hospedería de mujeres del Hogar de Cristo, con la representación de la imagen de  Jesucristo con una oveja en sus brazos tomando mate con el Padre Hurtado y sus amigos.

Tras rezar junto a los presentes el Padrenuestro, Papa Francisco impartió su Bendición Apostólica y se trasladó a la Nunciatura Apostólica para cenar en privado y descansar.