Papa, Pro Petri Sede: La conversión de los corazones haga crecer la caridad
María Cecilia Mutual - Ciudad del Vaticano
“Que su peregrinación aumente en ustedes la caridad y el deseo de confesar cada día su fe y de testimoniarla allí donde viven”: con estas palabras se dirigió el Papa Francisco a los 50 representantes de la asociación Pro Petri Sede, llegados a Roma en peregrinación a la tumba de Apóstol Pedro “para reafirmar su fe y renovarse en su misión de caridad hacia el prójimo”.
Tomar parte en la misión de la Iglesia
“Vuestra visita coincide con el inicio del tiempo de Cuaresma – recordó el Obispo de Roma a la Asociación nacida en Bélgica, Holanda y Luxemburgo con el objetivo de apoyar las actividades del Papa en las obras de caridad – y éste , explicó – “es tiempo propicio para volver a centrarse en el corazón de la fe católica y en la misión de la Iglesia, en la cual todo bautizado debe tomar parte”. Y ante la constatación de un mundo actual “marcado por indiferencia, violencia, egoísmo y pesimismo”, que sufre de “falta de caridad, ya sea en los corazones que en las relaciones con Dios y con los demás”, el Papa repitió la pregunta que hizo en su mensaje de Cuaresma de este año: “¿Se ha apagado la caridad en nuestros corazones?”
Remedios de Dios para encender la caridad en los corazones
Ante esta situación, Francisco aconsejó “usar los remedios que Dios mismo nos da en la Iglesia”:
La oración, “que nos pone en el camino de la verdad sobre nosotros mismos y sobre Dios”; el ayuno, “que nos hace compartir la situación de tantas personas que enfrentan el tormento del hambre y nos hace más atentos al prójimo”; y finalmente la limosna, “una ocasión bendita para colaborar con la Providencia de Dios”. “Hagan de la limosna un estilo de vida - los invitó el Santo Padre - y perseveren en la ayudad concreta a los necesitados”.
La ayuda a los pobres, víctimas de la emigración forzada
Renovando su aprecio por la labor que realizan, el Pontífice alentó a la Asociación Pro Petri Sede en su misión y los invitó “a llevarla cada día en la oración personal y comunitaria”, recordando a las personas que sostienen. Porque – agregó – “también confiarlas al Señor es parte de su misión y ustedes construyen así la comunión eclesial, porque somos todos hijos de un mismo Padre”.
“Con la oferta generosa que donan al Sucesor de Pedro, ustedes contribuyen en la misión de la Iglesia de ayudar a cada persona, particularmente a aquellas más pobres que han perdido todo a causa de la emigración forzada” recordó el Papa, agradeciéndoles en nombre de ellos por "la ayuda y cercanía espiritual".
Caridad, paz y vocaciones
Finalmente, la invitación del Santo Padre a pedir al Señor que convierta los corazones “para que crezca la caridad en la tierra y cesen finalmente los conflictos, causas de mal sin medida. Sin olvidar a los jóvenes, protagonistas del próximo Sínodo, por quienes pidió también oraciones, para que esta ocasión “permita, en particular, un despertar de las vocaciones sacerdotales y religiosas en sus países”.
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