Papa: el amor custodia la llama en la oscuridad
María Cecilia Mutual - Ciudad del Vaticano
Enfrentar la realidad y hacer algo para mejorarla
“Estoy siempre contento de encontrar a las asociaciones para la investigación y la solidaridad sobre las enfermedades raras”: ha expresado el Papa dirigiéndose a los 60, entre padres y voluntarios de la Asociación "Una Vida Rara", a quienes recibió en audiencia en la mañana de este 30 de abril, en la Sala Clementina. Tras escuchar atentamente y agradecer las palabras de Giorgio, Presidente de la Asociación y padre de Davide, afectado por el Sindrome Allan-Herndon-Dudley, el Pontífice aseguró, expresando al mismo tiempo admiración: "Siempre me impacta la voluntad de las familias de ponerse juntos para enfrentar esta realidad y hacer algo para mejorarla”. Y dirigiéndose directamente a "Giorgio y Rosita", padres de Davide, evidenció el impulso que sientieron dentro para "hacer algo por él y por las personas afectadas por una enfermedad rarísima y por sus familias".
Saber mirar lo positivo
En su discurso, el Santo Padre se detiene en el "nombre" de la Asociación: “Una Vida Rara”, asegurando que “dice mucho, porque expresa la realidad de Davide, pero también la vuestra con él, en modo positivo, no negativo. Porque lo negativo está en lo cotidiano - precisa - pero, Francisco lee a través del nombre de la asociación la capacidad de estos padres de saber “mirar lo positivo: que toda vida humana es única, y que si la enfermedad es rara o rarísima, antes lo es la vida ”.
El milagro del amor
Esta mirada positiva de los padres de Davide, adoptado con pocos días de vida, es – según Francisco - un típico “milagro” del amor. Porque el amor “hace ver el bien también en una situación negativa, sabe custodiar la pequeña llamita en medio a una noche oscura”.
El amor vuelve solidarios
Y el otro milagro del amor, señala el Papa, es que “ayuda a permanecer abiertos a los otros, capaces de compartir, de ser solidarios también cuando se sufre una enfermedad o una condición difícil, fatigosa en lo cotidiano”.
Una carrera símbolo de solidaridad
En las palabras del Pontífice el agradecimiento a Dios también por la carrera de 700 kilómetros, partida hace diez días desde la casa del pequeño Davide y que arribó hoy a Roma, símbolo, también ella, de una actitud de apertura y solidaridad.
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