Papa: Misioneros de la Misericordia y embajadores de Cristo en el mundo
Al recibirlos con gran alegría, en la Sala Regia, antes de la Santa Misa en la Basílica de San Pedro, el Obispo de Roma recordó la bella experiencia del Jubileo extraordinario de la Misericordia, cuyos frutos lo llevaron a prolongar el ministerio de estos misioneros.
La Iglesia no puede, no debe y no quiere obstaculizar el perdón y la Misericordia de Dios
¡Queridos Misioneros, bienvenidos y gracias!
Fue la bienvenida del Papa Francisco para luego decir sonriendo que espera que los que han sido nombrados Obispos no se hayan olvidado de «misericordiar» y reiterar asimismo que la Misericordia de Dios es infinita:
«Reflexionando sobre el gran servicio que brindasteis a la Iglesia y sobre cuánto bien ofrecisteis a tantos creyentes con vuestra predicación y sobre todo con la celebración del sacramento de la Reconciliación, juzgué oportuno que vuestro mandato pudiera proseguir. He recibido muchos testimonios de conversiones que se realizaron a través de vuestro servicio. Y vosotros sois testigos de ello
Verdaderamente debemos reconocer que la misericordia de Dios no conoce confines y con vuestro ministerio sois signo concreto de que la Iglesia no puede, no debe y no quiere crear ninguna barrera o dificultad que obstaculice el acceso al perdón del Padre.
El hijo pródigo no tuvo que pasar por la aduana… El Padre lo espera sin obstáculos».
La doctrina de la experiencia pastoral de los Misioneros de la Misericordia
En su denso discurso el Papa hizo hincapié en la doctrina en que se afianza el ministerio de los Misioneros de la Misericordia:
«Quisiera subrayar la doctrina de vuestro ministerio, que no es una idea… ‘hagamos esta experiencia pastoral y luego veremos…’ No, no. Es una experiencia pastoral que tiene detrás una doctrina».
«Se olvida una madre de su criatura, no se compadece del hijo de sus entrañas? ¡Pero aunque ella se olvide, yo no te olvidaré!" …». Con las palabras del Profeta Isaías (49, 13) el Papa destacó los ilimitados aspectos de la riqueza de la misericordia divina:
«Es un texto embebido de misericordia. La benevolencia, la consolación, la cercanía, la promesa de amor eterno… Son todas expresiones que expresan la riqueza de la misericordia, sin poder quedarse en un solo aspecto».
Y con el Apóstol San Pablo, el Papa Francisco reiteró la misión de ser colaboradores de Dios:
«"Nosotros somos, entonces, embajadores de Cristo, y es Dios el que exhorta a los hombres por intermedio nuestro. Por eso, os suplicamos – parece estar de rodillas - en nombre de Cristo: Dejaos reconciliar con Dios." (2 Cor 5,20)
El mensaje que llevamos en nombre de Cristo es el de hacer las paces con Dios. Nuestro apostolado es un llamado a recibir el perdón del Padre.
Como se ve, Dios tiene necesidad de hombres que lleven al mundo su perdón y su misericordia.
Es la misma misión que el Señor resucitado ha dado a sus discípulos el día después de su Pascua: "Jesús les dijo de nuevo: ¡La paz esté con vosotros! Como el Padre me envió a mí, yo también os envío a vosotros. Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: “Recibid el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que vosotros perdonéis, y serán retenidos a los que vosotros los retengáis”.
Esta responsabilidad puesta en vuestras manos requiere un estilo de vida coherente con la misión que hemos recibido.
Y siempre el Apóstol recuerda: "En cuanto a nosotros, no demos a nadie ninguna ocasión de escándalo, para que no se desprestigie nuestro ministerio." ( 2 Cor 6,3).
Ser colaboradores de la misericordia, por lo tanto, presupone vivir el amor misericordioso que nosotros en primer lugar hemos experimentado. No podría ser de otro modo».
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