Siguiendo las huellas de don Tonino Bello
Patricia Ynestroza- Ciudad del Vaticano
“La visita del Papa Francisco a la Iglesia de Ugento, en Santa María de Leuca y su momento de oración ante la tumba del siervo de Dios don Tonino Bello es un don inesperado y especial”, un tributo a un testigo fiel del Evangelio, una “figura emblemática”, que ha permitido que “la Iglesia sea más cercana a la gente”. Con estas palabras mons. Beniamino Nuzzo, rector del Seminario episcopal de Ugento, explica la espera por la llegada del Pontífice, que este viernes irá a Alessano, ciudad natal de mons. Tonino Bello, tendrá un momento de oración en privado ante la tumba del obispo y luego encontrará a los fieles, en Molfetta, diócesis donde fue obispo el siervo de Dios, presidirá la concelebración eucarística.
El carisma de don Tonino: educar entusiasmo
Fue vice-rector desde 1958 y rector desde 1976. Y es él mismo quien guía el Seminario Episcopal de Ugento. Fueron años fundamentales que descubren en él sus ulteriores capacidades educativas y pastorales, su compromiso sin parar y su cultura. Mons. Nuzzo recuerda que para muchos jóvenes, los años que vivieron en el seminario fueron una experiencia especial, se puede decir revolucionaria, en donde el objetivo principal de la enseñanza fue un estilo de vida: “La educación al entusiasmo”, que es el fruto valioso de una existencia vivida plenamente en Dios. El actual rector del seminario recuerda que aprendieron de don Tonino que el verdadero “creyente es el hombre con las manos abiertas, porque no se queda con nada ni con nadie, es el hombre con las manos extendidas, porque tiene la mirada para ver y socorrer las necesidades, y los sufrimientos de todo hombre”.
Ser protagonistas de la vida y evitar una fe sin desafíos
Hablando del carisma del siervo de Dios, mons Nuzzo dice que fue un hombre, un cristiano, un sacerdote y un obispo especial, porque fue especial su amor a Cristo, a la Iglesia, al hombre, pero sobre todo al pobre, al marginado, al último de los últimos, a aquel que no tiene voz, dignidad, derechos, o sea a las piedras descartadas. Nos enseñó a huir de una fe sin desafíos, y de las diversas tentaciones de la lógica del viejo mundo, en donde el sacerdote debe estar en guardia, como nos lo recuerda a menudo el Papa Francisco: riqueza y vanidad son dos tentaciones de las cuales se deben proteger los obispos y los sacerdotes, añade el prelado.
Mientras hablaba de la belleza de la Creación tocaba el acordeón
Don Beniamino Nuzzo conoció a don Tonino Bello durante la experiencia veraniega del pre-seminario de Tricase Porto, en 1971, y le sorprende su alegre modo de rezar en las mañanas. Era conmovedor, cuando hablaba de la Creación, dijo mons. Nuzzo, en las noches durante el rezo del rosario, o cuando nos llevaba en barca y tocaba el acordeón, invitándonos a contemplar la luna. Don Beniamino Nuzzo mantuvo sus contactos con don Tonino, a pesar de haber entrado con retraso en el Seminario. Hoy, el diseño de Dios, concluye, hace que sea ahora yo desde hace seis años el rector del Seminario de Ugento. Y aquí aún se siente el genio humano de don Tonino.
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