El Papa encuentra al segundo grupo de víctimas de abusos en Chile
Massimiliano Menichetti y Maria Cecilia Mutual - Ciudad del Vaticano
Escuchar, rezar, tener el coraje de mirar, aun con “vergüenza” las llagas excavadas en profundidad en el hombre, en el entero pueblo de Dios. Es una gran acción pastoral, que se mueve en el respeto y en el silencio, aquella que el Papa Francisco ha emprendido mirando al sufrimiento de Chile y del mundo, que afronta la plaga de los abusos de poder, de conciencia y sexuales, cometidos por el clero.
No se puede seguir ignorando el dolor
Para el Papa, “como Iglesia”, no se puede “seguir caminando ignorando el dolor” de quien sufre y “todo el proceso de revisión y purificación" que se está viviendo – afirma en la carta que ha escrito ayer al pueblo de Chile – es posible "gracias al esfuerzo y a la perseverancia de personas concretas, que, incluso contra toda esperanza o teñidas de descrédito, no se cansaron de buscar la verdad”.
El apoyo de la oración
En este doloroso recorrido, Francisco ha pedido varias veces el apoyo de la oración. Así ha sido también antes y después del encuentro en el Vaticano a mediados de mayo con los Obispos chilenos. Y precisamente el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal, exhorta a todos en un comunicado, a la “reflexión y acción para superar la cultura del abuso y del ocultamiento”.
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