Mensaje del Papa al Encuentro Internacional de los Equipos de Nuestra Señora
Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano
El mensaje del Papa Francisco ha sido leído por el Nuncio Apostólico en Portugal, el Arzobispo Rino Passigato, ante los participantes del duodécimo Encuentro Internacional de las Équipes Notre-Dame, que están reunidos en el Santuario de Fátima del 16 al 21 de julio.
La parábola del hijo pródigo
El texto del Santo Padre dirigido a María Berta y José Moura Soares, responsables internacionales del END, se centra en el tema de las obras, enfocado en la figura del hijo pródigo, para reavivar su exhortación "a reconocerse a sí mismo en este hijo perdido que regresa al Padre, quien no se cansa de abrazarlo y le devuelve su grandeza de hijo”. Tocado por una gran benevolencia – continúa el mensaje – “dejad que vuestro corazón se exprese: ¡es verdad, Señor! Soy un pecador, una pecadora; me siento así y lo soy. Me he perdido. De mil maneras he huido de tu amor, pero estoy aquí otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. ¡Redime otra vez Señor! Acéptame, una vez más, entre tus brazos redentores".
Nadie está excluido de la misericordia de Dios
En el mensaje, Francisco también aclara que los brazos abiertos de Cristo en la cruz “muestran que nadie está excluido del amor del Padre ni de su misericordia". De hecho, "no se resigna a perder a nadie: marido o mujer, padres o hijos ... a los ojos de Jesús, nadie está perdido para siempre, solo hay personas que deben ser encontradas, y Jesús nos empuja a salir para ir a buscarlos".
Francisco concluye su mensaje asegurando que si queremos encontrar al Señor “debemos buscarlo donde Él quiere encontrarnos y no donde nosotros queremos encontrarlo".
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