Francisco recuerda la Beatificación de Madre Alfons María: mujer valiente y sabia
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
Después de rezar a la Madre de Dios, el Santo Padre dirigió unas palabras especiales con motivo de la beatificación de la Beata Madre Alfons María, fundadora de la Congregación de las Hermanas del Divino Redentor, que se celebró el 9 de septiembre en Estrasburgo, Francia.
"Damos gracias a Dios por esta mujer valiente y sabia, que sufriendo, callando y orando, dio testimonio del amor de Dios, sobre todo a cuantos estaban enfermos del cuerpo y del espíritu. ¡Todos juntos demos un aplauso a la nueva Beata!", pidió el Papa.
Una misionera al servicio de los más pobres
Tras fundar la congregación, Madre Alfons María, transmitió durante 18 años a mujeres y jóvenes de diversas nacionalidades su deseo ardiente de dar a conocer el amor de Jesucristo Redentor a todos los hombres, a través de gestos, actitudes y servicios sociales que aliviaran sus sufrimientos y despertaran en sus corazones la esperanza.
La misión de las Hermanas del Divino Redentor fue confirmada por la Iglesia en el año 1866.
"La Casa de María es Casa de cada familia"
El Obispo de Roma, también recordó la Fiesta de la Natividad de María, celebrada el 8 de septiembre con gran alegría y de modo particular en el Santuario Pontificio de la Santa Casa en Loreto, en Italia; la cual comenzó con una propuesta concreta de espiritualidad para las familias: "La Casa de María es Casa de cada familia".
"Encomendamos a la Virgen Santa la iniciativa de este Santuario y a todos aquellos que en diversos modos forman parte de ella", añadió el Pontífice.
Saludo a los peregrinos
Por último el Papa saludó con afecto a todos los peregrinos de Roma y del mundo, presentes en la Plaza de San Pedro a la hora del rezo del Ángelus; así como a las familias y grupos parroquiales.
En especial, "saludo a los fieles de la diócesis de Como, a los jóvenes participantes en el encuentro promovido por La Obra de la Iglesia, los confirmandos de Prevalle".
"Deseo a todos un buen domingo. Y por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!", concluyó.
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