El Papa reza por “las Madres y las Vocaciones” en el Regina Coeli
Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
Después de rezar la oración mariana del Regina Coeli de este IV Domingo de Pascua, Domingo del Buen Pastor, día en el que también la Iglesia celebra la 56° Jornada Mundial de Oración por la Vocaciones, el Papa Francisco dirigió su pensamiento a las Madres que en muchos países festejan su día; asimismo rezó por las vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras en la Iglesia y finalmente, expresó sus saludos a las familias, grupos parroquiales y peregrinos de Italia y de diferentes países que llegaron hasta la Plaza de San pedro para rezar a la Madre de Dios.
Las madres tutelan los valores de la familia
El Santo Padre recordó que, en muchos países, hoy se celebra el Día de la Madre. “Me gustaría enviar un cálido saludo a todas las madres, agradeciéndoles – precisó el Pontífice – por su precioso trabajo en la crianza de los hijos y la protección del valor de la familia”. El Papa Francisco también pidió recordar a las madres que nos miran desde el cielo y siguen velando por nosotros con la oración. “Nuestros pensamientos – agregó el Papa – también van a nuestra Madre celestial, que celebraremos mañana, 13 de mayo, bajo el nombre de Nuestra Señora de Fátima. Nos encomendamos a ella para continuar nuestro camino con alegría y generosidad”.
La valentía de arriesgar por la promesa de Dios
El Papa Francisco también recordando que la Iglesia celebra este IV Domingo de Pascua, Domingo del “Buen Pastor”, la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, señaló el tema de esta Jornada: “La valentía de arriesgar por la promesa de Dios”. El valor de arriesgar por la promesa de Dios, dijo el Pontífice es seguir a Jesús y esto es siempre un riesgo, pero se necesita valor. Invitando a todas las comunidades a rezar de manera especial por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, el Santo Padre recordó que, esta mañana, en la Basílica de San Pedro, tuvo la alegría de ordenar diecinueve nuevos sacerdotes. “Al saludar con afecto a estos nuevos sacerdotes junto con sus familias y amigos – concluyó el Papa – los invito a recordar a cuántos sigue llamando el Señor por su nombre, como lo hizo un día con los Apóstoles a orillas del lago de Galilea, para que se conviertan en pescadores de hombres”.
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