El Papa: “El Pesebre una manera genuina de comunicar el Evangelio”
Ciudad del Vaticano
“Deseo de todo corazón a ustedes, a sus conciudadanos y a todos los habitantes de vuestras Regiones, que pasen con serenidad y fraternidad la Navidad del Señor. Que la Virgen María, que acogió al Hijo de Dios en la debilidad de la naturaleza humana, nos ayude a contemplarlo en el rostro de los que sufren, y nos sostenga en el compromiso de ser solidarios con las personas más frágiles y débiles”, lo dijo el Papa Francisco a las Delegaciones que este año han donado el Pesebre y el árbol de Navidad. El belén este año proviene de Scurelle, en la provincia italiana de Trento, mientras que el árbol fue donado por el Consorcio de Usos Cívicos de Rotzo-Pedescala y San Pietro, provincia de Vicenza, Italia.
Solidaridad con los afectados por los desastres naturales
En sus saludos, el Santo Padre expresó su gratitud y reconocimiento a las Autoridades civiles, eclesiásticas y a los fieles de estas diócesis italianas por la donación de estos dos símbolos religiosos navideños que hoy son inaugurados en la Plaza de San Pedro, todos ellos unidos por el común recuerdo de la tormenta del otoño pasado que devastó muchas zonas del Triveneto, al norte de Italia. “El encuentro de hoy – precisó el Pontífice – me brinda la oportunidad de renovar mi aliento a vuestras poblaciones, que el año pasado han sufrido una catástrofe natural devastadora, con la destrucción de enteras zonas boscosas. Son acontecimientos que nos asustan, son señales de alerta que nos envía la creación, y que nos piden que tomemos de inmediato decisiones efectivas para la protección de nuestra casa común”.
El árbol de Navidad, un signo de esperanza
Al referirse a la inauguración del Pesebre y la iluminación de las luces que adornan el árbol de Navidad, el Papa Francisco recordó que permanecerán instalados hasta el final de las festividades navideñas, y que ambos serán admirados por los numerosos peregrinos procedentes de todo el mundo. “Gracias, queridos amigos, por estos dones, y también por los árboles más pequeños destinados a otras áreas del Vaticano. He recibido con placer – puntualizó el Papa – que en lugar de las plantas removidas, se replantarán 40 abetos para reintegrar los bosques seriamente dañados por la tormenta de 2018. El abeto rojo que han querido donar representa un signo de esperanza, especialmente para sus bosques, para que puedan ser limpiados lo antes posible y así comenzar el trabajo de reforestación”.
La madera, símbolo de la precariedad donde nació el Salvador
Asimismo, al explicar la composición del Pesebre, el Santo Padre señaló que esta hecho casi en su totalidad de madera y compuesto de elementos arquitectónicos característicos de la tradición trentina, (de la zona de Trento), el mismo que ayudará a los visitantes a disfrutar de la riqueza espiritual de la Navidad del Señor. “Los troncos de madera, procedentes de las zonas afectadas por las tormentas, que sirven de telón de fondo al paisaje – puntualizó el Pontífice – subrayan la precariedad en la que se encontraba la Sagrada Familia en esa noche en Belén. El Pesebre artístico de Conegliano, colocado en el Aula Pablo VI, ayudará a contemplar la humilde gruta donde nació el Salvador”.
El Pesebre una manera genuina de comunicar el Evangelio
Antes de concluir sus saludos a las Delegaciones que donaron el Pesebre y el árbol de Navidad, el Santo Padre recordó que hace unos días visitó Greccio, el lugar donde San Francisco hizo el primer belén y desde allí publicó la Carta sobre el Pesebre, “Admirabile signum”. El belén, dijo el Papa, “es un signo sencillo y maravilloso de nuestra fe y no se pierde, es más, es bello que se transmita de padres a hijos, de abuelos a nietos. Es una manera genuina de comunicar el Evangelio, en un mundo que a veces parece tener miedo de recordar lo que realmente es la Navidad, y borra los signos cristianos para conservar sólo aquellos de un imaginario banal, comercial”.
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