El Papa a los escolapios: educar en el respeto de la persona y de la creación
Ciudad del Vaticano
Valorizar, acoger e implicar a la persona: son las tres líneas de acción concretas que el Papa indica para reconstruir el pacto educativo global, con ocasión del evento virtual que tiene lugar desde hoy y hasta el 14 de noviembre, promovido por la Unión de Superiores Generales y la Unión Internacional de Superioras Generales.
En un mensaje, dirigido al Prepósito General de la Orden de los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, el Padre Pedro Aguado Cuesta, Francisco recuerda que "la Vida Consagrada ha estado siempre a la vanguardia de la tarea educativa” y se remite al ejemplo del fundador de las Escuelas Pías, San José de Calasanz “que levantó la primera escuela de niños”.
Centrarse y valorizar a la persona
La primera línea de acción que el Papa indica es “centrarse” y explica que "centrarse en lo importante, es poner la persona en el centro, en su valor, su dignidad, para hacer sobresalir su propia especificidad".
Aprender a rechazar la cultura del descarte
La acogida es la segunda línea de acción indicada por el Papa e implica que los padres, alumnos y autoridades, “presten oído a otro tipo de sonidos, que no son simplemente los de nuestro círculo educativo”, evitando que los jóvenes "se cierren en su propia autorreferencialidad y se abran al grito que brota de todo hombre y de la creación".
El cuidado de la casa común
“Asimismo, - continúa el Santo Padre - es importante que aprendan a salvaguardar nuestra casa común, protegiéndola de la explotación de sus recursos, adoptando estilos de vida más sobrios y buscando el aprovechamiento integral de las energías renovables y respetuosas del entorno humano y natural, en el respeto de los principios de subsidiariedad y solidaridad y de la economía circular”.
Implicar e implicarnos
La última línea de acción, implicar, es decisiva, afirma el Sucesor de Pedro. "La actitud de escucha, definida en todos estos compromisos, no puede entenderse como un mero oír y olvidarse”.
Finalmente, concluyendo su carta, el Santo Padre asegura sus oraciones por la labor de los Institutos participantes en el evento, “pidiendo al Señor que, como siempre ha hecho, también en este momento histórico la Vida Consagrada sea una parte esencial del pacto educativo global”.
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