Iraq: paso fundamental en el diálogo interreligioso
Giancarlo la Vella - Ciudad del Vaticano
Para el diálogo interreligioso, el viaje del Papa Francisco a Iraq representa una etapa. La visita del Pontífice al gran ayatolá, Al Sistani, y el encuentro interreligioso que tuvo lugar en Ur de los Caldeos, representan momentos fundamentales en el camino del conocimiento mutuo entre católicos y musulmanes, momentos que son la consecuencia lógica del Documento sobre la 'Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común', firmada el 4 de febrero de 2019 por el Papa Francisco y el gran imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb. Según el teólogo musulmán Adnane Mokrani, se trata de pasos coherentes que se inscriben en el camino trazado por Francisco en su Pontificado.
R. - En la trayectoria y el magisterio del Papa Francisco hay una gran coherencia, continuidad y, diría, también unidad. El documento de Abu Dhabi sobre la fraternidad humana, y luego la Encíclica "Fratelli tutti", junto con los viajes del Papa, representan en cierto modo la concreción de los valores expresados en los textos. Por lo tanto, el Papa ha ido como peregrino de paz, que trata de unir, trata de curar, trata de ofrecer esperanza a través del diálogo interreligioso, pero también encontrándose con personas que han sufrido, que todavía sufren. El encuentro con el gran ayatolá Al-Sistani es de gran importancia, porque Francisco ya firmó en Abu Dhabi el documento con una gran autoridad suní; ahora ha encontrado a una gran autoridad chií, por tanto, las dos alas del mundo islámico. Al-Sistani tiene una gran credibilidad. Le siguen millones de personas en Iraq, en la India, en Pakistán, en Irán, en el Líbano, así que es una persona que tiene peso internacional. Al mismo tiempo, es una persona ascética, que lleva una vida sencilla y pobre, a pesar de recibir donaciones de caridad y administrar un tesoro, porque tiene una comunidad bastante grande que ofrece dinero para ayudar a los pobres. Por ello, Al-Sistani también representa una garantía para los cristianos. Su palabra es escuchada, respetada. Y luego veo que el Papa Francisco ha insistido mucho en la idea del Estado iraquí como un Estado democrático, inclusivo, que respeta las minorías, que respeta los derechos humanos. Esto confirma que la presencia cristiana, la fuerza de los cristianos en Iraq y en Oriente Medio parte de un Estado fuerte, unido, democrático, inclusivo y que respete la plena ciudadanía.
El diálogo interreligioso es ciertamente un camino exigente. ¿Qué otros pasos se pueden dar para que sea cada vez más global?
R. - El Papa ha hecho muchos viajes y se ha reunido con grandes responsables del mundo islámico: sunitas y chiitas son las dos grandes familias, también existe la tercera familia, la de los "ibadíes", que es una minoría que se encuentra en Omán y otras partes del mundo, pero el Papa siempre ha sido abierto y ha defendido al Islam y a los musulmanes cuando la imagen del Islam se ha visto manchada por el terrorismo. Por ello, siempre ha querido distinguir entre el Islam como religión y como patrimonio humano, por un lado, y los actos terroristas que utilizan el nombre de Dios. Esta distinción siempre ha sido clara por parte del Papa Francisco desde el inicio de su Pontificado.
¿Ha servido este viaje a Iraq para hacer conocer al Papa, para abrir una brecha entre el mundo cristiano y los musulmanes iraquíes, que son la mayoría en el país?
R. - Ciertamente. Veo que el Papa tiene una gran credibilidad en el mundo árabe e islámico, porque el mundo lo ve y lo sigue, las noticias llegan a todas partes. Los musulmanes conocen sus posiciones, los documentos que ha elaborado, sus declaraciones y, por tanto, todo ello genera confianza en él como persona, como conciencia profética y crítica y como persona que busca unir con humildad y con amor.
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