El Papa: "Transformar la sociedad con fraternidad y sin descartar a los pobres"
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
La mañana del viernes 30 de abril el Papa Francisco recibió en la Sala del Consistorio del Vaticano a los miembros de la Fraternidad política "Chemin Neuf", que han viajado a Roma en el respeto de las normas de restricción a causa de la pandemia.
En su discurso, el Santo Padre les agradeció por la labor que realizan al servicio del bien común y en particular, de los más pobres. "Un camino que realizáis trabajando por un mundo más justo y fraterno", dijo Francisco.
"De hecho - añadió el Pontífice- en la carrera desenfrenada por las posesiones, las carreras, los honores o el poder; los débiles y los pequeños son a menudo ignorados y rechazados, o considerados inútiles como material de descarte".
Hacer crecer la paz y la justicia
Asimismo, el Obispo de Roma subrayó que la vocación laical es ante todo caridad en la familia, así como caridad social o política:
"Es un compromiso concreto basado en la fe para la construcción de una nueva sociedad; es vivir en medio del mundo y de la sociedad para evangelizar sus diferentes aspectos, para hacer crecer la paz, la convivencia, la justicia y extender así el Reino de Dios en el mundo", puntualizó el Papa destacando que esta es precisamente la dinámica en la que camina la fraternidad "Chemin Neuf", "con una apertura ecuménica y un corazón dispuesto a acoger las diferentes culturas y tradiciones, para transformar el rostro de nuestra sociedad".
En este contexto, el Santo Padre lanzó un mensaje de esperanza a los presentes:
Teniendo en cuenta el trabajo fundamental que realiza "Chemin Neuf" con los jóvenes de diversas sociedades, el Papa mencionó otro de los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad: "Preservar la salud de nuestra casa común y lograr una verdadera conversión ecológica".
Sed esa llama que reaviva la esperanza
Otro de los temas que abarcó Francisco en su alocución fue el de la presencia de los migrantes y su acogida en la Europa de hoy.
De hecho, como bien sabéis -afirmó el Pontífice- "al hablar de migrantes no se trata de números, sino de personas. Si nos reunimos con ellos, los conoceremos. Y conociendo sus historias podremos comprender su situación".
El Papa finalizó su discurso invitando a todos a "permanecer firmes en vuestras convicciones y en vuestra fe".
"Nunca olvidéis que Cristo está vivo y que os llama a caminar con valor siguiendo sus pasos. Junto a Él, sed esa llama que reaviva la esperanza en el corazón de tantos jóvenes desanimados, tristes y sin perspectivas, generando lazos de amistad para un mundo mejor", concluyó.
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