Trabajar por la paz no con buenas palabras, sino con los hechos
Michele Raviart – Ciudad del Vaticano
Se puede ser operadores de paz, artesanos de la paz, incluso a través de gestos concretos aparentemente pequeños y haciendo bien su trabajo. Lo recordó esta mañana el Santo Padre durante su audiencia a los dirigentes y agentes de la Inspección de Seguridad Pública ante el Vaticano, el cuerpo de la Policía del Estado italiano que se ocupa del orden público en la Plaza de San Pedro y sus alrededores y durante las visitas pastorales del Papa a Roma y a Italia. Un servicio, subrayó Francisco, que "puede ser signo de la cercanía de Dios a los hermanos y hermanas que encuentran cada día y que esperan de ustedes un gesto de cortesía y acogida".
Ejemplo de buenas relaciones entre Italia y la Santa Sede
El Pontífice expresó su "sincera gratitud" por el servicio realizado "con abnegación y espíritu de sacrificio", con frío o calor, y confesó irónicamente que le da vergüenza molestarlos durante sus visitas, porque preferiría estar solo aunque esto no sea posible.
“Admiro – dijo el Obispo de Roma – el trabajo desplegado durante las concentraciones de fieles y peregrinos, que vienen de todo el mundo para encontrarse con el Papa, visitar la tumba del apóstol Pedro y rezar ante las de sus sucesores, la mayoría de las cuales se encuentran en la Basílica vaticana.
Un compromiso generoso y disponible para un servicio atento y cualificado que, "mientras obedece a sus deberes como funcionarios del Estado italiano, manifiesta también las buenas relaciones existentes entre Italia y la Santa Sede".
Un Evangelio en el bolsillo para llenar el alma
El Pontífice los animó "perseverar en los ideales y en los propósitos que inspiran su vida y su comportamiento en el ejercicio de las delicadas tareas que les han sido encomendadas".
Por último, el Papa los invitó a redescubrir la belleza y la fuerza siempre nueva del Evangelio. Y a hacerlo entrar de modo incisivo en la conciencia y en la vida, "testimoniando con valentía el amor de Dios en todos los ambientes, incluso en el lugar de trabajo". Mientras su consejo fue tener siempre un Evangelio en el bolsillo y leer cada día algunas palabras, porque "siembra el alma de cosas buenas" y la llena poco a poco de las palabras de Jesús.
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