La ayuda del Papa a las poblaciones de Turquía y Siria
Benedetta Capelli - Ciudad del Vaticano
Ante la catástrofe causada por el terremoto que asoló Siria y Turquía el pasado 6 de febrero, con un balance desgraciadamente provisorio de más de 41.000 muertos, el Papa pidió en el Ángelus del pasado domingo, cercanía pero también un apoyo concreto para aliviar "el dolor de estos pueblos que sufren por el terremoto". Un apoyo que también llegó de parte del mismo Pontífice a través de la Limosnería Apostólica.
Junto a Turquía y Siria
Esta mañana ha zarpado del puerto de Nápoles un barco, el Msc Aurelia, que llegará dentro de dos días a Iskenderum, en Turquía. A bordo, además de la ayuda del gobierno italiano y de otras organizaciones no gubernamentales, estarán las 10.000 camisetas térmicas que el cardenal Konrad Krajewski, Limosnero del Papa, llevó ayer personalmente a la capital de la región italiana Campania Las prendas están destinadas al campo de refugiados de Kilis, en Turquía, a 50 km de Gaziantep y a 60 km de la ciudad siria de Alepo. Aquí, la distribución se confiará a los encargados de la Fundación Rava, presente en la zona desde hace tiempo y que proporciona comida y cobijo a miles de personas sin hogar. El campo, en los últimos años tras el estallido de la guerra en Siria, se ha ampliado para acoger a unos 60.000 refugiados, pero muchos otros viven en campamentos improvisados. El terremoto, como era de esperar, ha agravado la situación y cientos de personas se están uniendo a las familias de refugiados presentes.
Por lo que respecta a Siria, da a conocer el cardenal Konrad Krajewski, el Papa ha enviado, a través del Dicasterio para el Servicio de la Caridad, una ayuda económica a la Nunciatura Apostólica, que la desplegará en el territorio, apoyando a la población ya exhausta por tantos años de guerra y ahora por el devastador terremoto.
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