Los húngaros aman al Papa, somos responsables ante Dios de la paz
Andrea De Angelis – Budapest
El pueblo húngaro ha gritado "Papa Francisco te queremos" en varias ocasiones en los últimos días, y lo ha hecho porque "él, aquí en Hungría, ha representado a Cristo para todos nosotros". Con estas palabras describió el cardenal Péter Erdő, arzobispo metropolitano de Esztergom-Budapest y primado de Hungría, el viaje apostólico del Papa, que concluyó ayer, domingo 30 de abril.
Tres días llenos de acontecimientos, de momentos emotivos, incluida la oración de Francisco "ante el icono de la Virgen en la basílica de Esztergom". A continuación, el prelado reflexionó sobre el mensaje de paz llevado por el Santo Padre, cuya construcción es una tarea de la que "somos responsables ante Dios".
Este viaje apostólico ha sido un impulso de la gracia. Los húngaros lo esperábamos, porque hace dos años el Papa hizo una visita relámpago a Budapest para asistir a la Misa de clausura del Congreso Eucarístico Internacional. Pero inmediatamente, de regreso de Eslovaquia a Roma, expresó su deseo de volver a Hungría.
Hoy sentimos que fue una visita verdaderamente pastoral: vino a nosotros, se reunió con nosotros y nos trajo la palabra de Cristo. Tuvimos dos meses para prepararnos, un tiempo breve que, además, coincidió con la Pascua. Intentamos organizarlo todo lo mejor que pudimos y la gente respondió a la caridad pastoral del Papa, que fue recibido con gran afecto. Gritaban "Papa Francisco, te queremos", sentimos que representa a Cristo entre nosotros.
¿Hay algún momento especial que guarda en su corazón?
Hay varios momentos, pero uno en particular fue el encuentro con la gente en la plaza Kossuth, antes de la Santa Misa. El Papa dio una vuelta entre los fieles. Muchos querían que bendijera a los niños, y él los acarició, los besó en la frente. La gente estaba exultante. El otro momento fue al final de la Misa, cuando el Papa quiso rezar ante el icono de la Virgen, un icono milagroso que se conserva en la basílica de Esztergom.
El Papa ha venido aquí como peregrino de la paz. ¿Cómo puede contribuir la Iglesia a construir la paz tan deseada en Hungría y en todos los rincones del mundo?
En primer lugar rezamos, para cada cristiano el sentimiento de paz está siempre vivo. Somos responsables de ello ante Dios, no podemos pensar sólo en nuestros propios intereses.
Organizamos alojamiento y comida, oportunidades de trabajo, escolarización en diferentes idiomas, ya que algunos hablaban húngaro, otros ucraniano y otros ruso. En la iglesia de Santa Isabel, el Papa se reunió con algunos de estos refugiados.
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