El Papa: Para superar las crisis necesitamos protagonistas de humanidad
Vatican News
“La explotación es uno de los orígenes de la guerra. El otro origen es de tipo geopolítico del dominio de territorio”, indicó el Papa Francisco en una entrevista a la agencia de noticias Télam. En la que abordó otros temas como la crisis y los falsos mesías, el trabajo, la inteligencia artificial, el sínodo y la esperanza.
“La palabra crisis me gusta porque tiene movimiento interno. Pero de una crisis se sale para arriba, no se sale con enjuagues. Se sale para arriba y no se sale solo. Los que quieren salir solos convierten ese camino de salida en un laberinto, que siempre da vueltas y vueltas”, dijo el Papa en la entrevista realizada a finales de septiembre y publicada este 16 de octubre.
Considerando también la importancia de enseñar a los jóvenes “a resolver las crisis. Porque eso da madurez”, y puedan advertir de los mesianismos: “Ninguno puede prometer la resolución de conflictos, si no es a través de las crisis saliendo hacia arriba. Y no solo”.
La crisis de humanidad
La periodista de Télam, Bernarda Llorente, le consultó al Papa: ¿Qué le está faltando a la humanidad y qué le está sobrando? Respondiendo Francisco a la necesidad de impulsar “los verdaderos valores”:
Advirtiendo además que “el pensamiento único destierra la riqueza humana. Y la riqueza humana tiene que contemplar tres realidades, tres lenguajes: de la cabeza, del corazón y de las manos. De tal manera que uno piense lo que sienta y lo que hace, sienta lo que piensa y lo que hace y haga lo que piensa y sienta. Esa es la armonía humana. Si a uno le falta alguno de estos tres lenguajes, hay un desequilibrio tal que lo lleva al sentimiento único, al pragmatismo único o al pensamiento único. Son traiciones a la humanidad”.
La dignidad del Trabajo
Sobre el tema del trabajo el Pontífice recordó la dignidad del trabajo y el grave pecado de la explotación: “lo que te unge digno es el trabajo. Ahora, la traición más grande a este camino de dignidad es la explotación. No de la tierra para que produzca más, sino la explotación del trabajador. Explotar a la gente es uno de los pecados más graves. Y explotarla para provecho propio”.
Asimismo, resaltó la necesidad de los derechos de los trabajadores, para que no se conviertan en esclavos: “Cuando un trabajador no tiene derechos o se lo contrata por poco tiempo para ir cambiándolos y no pagar aportes, se lo convierte en esclavo y uno se transforma en verdugo”, dijo.
Francisco lamentó que algunos lo llamen comunista cuando escuchan sobre sus encíclicas sociales: “No es así. El Papa agarra el Evangelio y dice lo que dice el Evangelio. Ya en el Antiguo Testamento, el derecho hebreo pedía que se cuidara a la viuda, al huérfano y al extranjero. Si una sociedad cumple estas tres cosas anda fenómeno”.
“Y aclaro que no soy comunista como dicen algunos. El Papa sigue el Evangelio”, reiteró Francisco.
El señorío de la persona sobre la tecnología
También fue consultado sobre los avances de la tecnología y sus implicaciones.: “La pauta de un progreso cultural, entre ellos la inteligencia artificial, es la capacidad que tenga el hombre y la mujer de manejarlo, asimilarlo y regirlo. O sea, el hombre y la mujer son señores de la Creación, y en eso no hay que claudicar. El señorío de la persona sobre cualquier cosa. El cambio científico serio es progreso. Hay que estar abierto a eso”, respondió el Papa.
La seguridad universal
Y retomando el tema de la guerra, hizo un llamado a la seguridad universal a través del diálogo: “Uno no puede hablar de una seguridad social si no hay una seguridad universal, o que esté en proceso de universalizarse. Creo que el diálogo no puede ser solo nacionalista, es universal, sobre todo hoy día con todas las facilidades que hay para comunicarse. Por eso hablo de diálogo universal, de armonía universal, de encuentro universal. Y claro, el enemigo de esto es la guerra”.
El Papa Francisco considera que “la explotación” y “el dominio de los territorios” son los orígenes de las guerras “fomentadas por dictaduras”.
Para la construcción de la paz y el bien común el Santo Padre exhorta a “que se tenga conciencia de la propia identidad. Uno no puede dialogar con otro si no tiene conciencia desde dónde. Cuando dos identidades conscientes se encuentran, pueden dialogar y dar pasos hacia un acuerdo, al progreso, al caminar juntos”.
La Iglesia en armonía
Sobre el desarrollo del Sínodo, y consultado en esta entrevista sobre ¿qué Iglesia se necesita para estos tiempos? El Pontífice evocó: “desde los inicios del Concilio Vaticano II, Juan XXIII tuvo una percepción muy clara: la Iglesia tenía que cambiar. Pablo VI coincidió y continuó, al igual que los Papas que los sucedieron. No se trata solamente de cambiar de moda, se trata de un cambio de crecimiento y en favor de la dignidad de las personas. Y ahí está la progresión teológica, de la teología moral y todas las ciencias eclesiásticas, incluso la interpretación de las escrituras, que han ido progresando de acuerdo al sentir de la Iglesia. Siempre en armonía”.
La esperanza, un sazón cotidiana
La entrevista continúa abordando los temas personales como la relación con Dios: “el Señor es un buen amigo, me trata bien”; y sobre la capacidad de reír: “el sentido del humor humaniza”. Y la importancia de la virtud de la esperanza:
“No podemos vivir sin esperanza. Si cortáramos las pequeñas esperanzas de cada día, perderíamos la identidad. No nos damos cuenta que vivimos de esperanzas. Y la esperanza teologal es muy humilde pero es la que sazona los condimentos cotidianos”.
Sobre sus viajes apostólicos, mencionó que le gustaría ir a Argentina. “Hablando de los más lejos, me queda Papúa Nueva Guinea”, dijo.
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