Marxistas y cristianos combatan juntos corrupción e ilegalidad
Salvatore Cernuzio – Ciudad del Vaticano
Los pobres, los desocupados, los sin techo, los inmigrantes, los explotados y todos aquellos a los que las dictaduras del pasado mataban y que la "cultura del descarte" del presente convierte en basura: del trato que se les dispensa se mide el nivel de civilización de una sociedad, dijo el Papa.
El Santo Padre Francisco volvió a reiterar la centralidad de los vulnerables, así como la urgencia de contrarrestar la triple "lacra" de la corrupción, el abuso de poder y la anarquía – tanto en la política como en la sociedad – en su discurso de esta mañana a los representantes del proyecto de diálogo transversal DIALOP.
Se trata de un proyecto de diálogo entre socialistas / marxistas, comunistas y cristianos destinado a formular una ética social común que pueda proponerse como una nueva narrativa para una Europa en busca de identidad, con una ecología integral entre la Doctrina Social de la Iglesia y la crítica social marxista en su centro.
La iniciativa nació en el 2014 tras un encuentro entre el propio Papa Francisco, Alexis Tsipras, entonces presidente del partido Syriza y luego primer ministro griego desde el 2015, Walter Baier, presidente del Partido de la Izquierda Europea, y Franz Kronreif, del Movimiento de los Focolares (ambos presentes hoy en la audiencia).
"No dejen de soñar"
Francisco recibió esta mañana, en el Aula Pablo VI, antes de la audiencia general, a 15 miembros – 7 de la izquierda y 8 de la parte católica de distintos países europeos – de esta asociación, con los que compartió, por un lado, su dolor por un mundo que hoy aparece "dividido por guerras y polarizaciones", y por otro, su aliento para mirar al futuro y tratar de imaginar un "mundo mejor".
Libertad, igualdad, dignidad, fraternidad
"Es en la imaginación, en efecto, donde la inteligencia, la intuición, la experiencia y la memoria histórica se encuentran para crear, aventurar y arriesgar", subrayó el Papa, recordando cuántas veces, a lo largo de los siglos, "han sido los grandes sueños de libertad e igualdad, de dignidad y fraternidad, reflejo del sueño de Dios, los que han producido avances y progresos".
En este sentido, son tres las actitudes que el Papa indicó a DIALOP para llevar a cabo su compromiso: la valentía de romper moldes, la atención a los débiles y la promoción de la legalidad.
Invertir el rumbo
Tener el valor de romper los esquemas significa "abrirse, en el diálogo, a nuevas vías".
"Contra los enfoques rígidos que separan, cultivemos la confrontación y la escucha con el corazón abierto, sin excluir a nadie, a nivel político, social y religioso, para que la contribución de cada uno pueda, en su peculiaridad concreta, ser acogida positivamente en los procesos de cambio a los que está abocado nuestro futuro", exhortó Francisco.
No a las leyes de las finanzas y los mecanismos de mercado
A continuación, el Papa pidió que se preste siempre atención a los débiles porque "la medida de una civilización se ve por cómo se trata a los más vulnerables: los pobres, los desocupados, los sin techo, los inmigrantes, los explotados y todos aquellos a los que la cultura del despilfarro convierte en basura". Y hablando espontáneamente recordó la historia del pasado reciente:
"No olvidemos que las grandes dictaduras, pensemos en el nazismo, desechaban a los vulnerables, los mataban". Y se dirigió a los responsables políticos con las siguientes palabras:
"La solidaridad, además de ser una virtud moral, es una exigencia de justicia, que requiere corregir las distorsiones y purificar las intenciones de los sistemas injustos, también mediante cambios radicales de perspectiva en el compartir los desafíos y los recursos entre los hombres y entre los pueblos", dijo el Papa. Y definió "poeta social" a quien se dedica a este campo, porque "la poesía es creatividad", y aquí se trata de "poner la creatividad al servicio de la sociedad, para que sea más humana y fraterna".
Combatir la corrupción y la ilegalidad
Por último, la legalidad. "Combatir la plaga de la corrupción, los abusos de poder y la ilegalidad", fueron las indicaciones del Pontífice, porque "sólo en la honestidad, en los hechos, se pueden establecer relaciones sanas y cooperar con confianza y eficacia en la construcción de un futuro mejor".
De ahí el agradecimiento por el "valor" de trabajar "por un mundo más justo y pacífico" y la recomendación de que "el Evangelio de Jesucristo inspire e ilumine siempre sus investigaciones y acciones".
Durante la audiencia de hoy, el grupo DIALOP presentó al Pontífice los resultados del trabajo de los últimos diez años, realizado también con el apoyo del Dicasterio para la Cultura y la Educación Católica. "Más allá de los límites religiosos e ideológicos, cristianos y marxistas, así como personas de buena voluntad", explicó la asociación en una nota, "se reconocen hoy unidos en el compromiso por el fin de los conflictos armados en el mundo y la seguridad de los derechos humanos más elementales, para garantizar el equilibrio social y la paz a la humanidad".
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