El padre Torres Padilla entre los próximos Beatos junto a 16 mártires
Vatican News
Asesinados por odio a la fe bajo dos dictaduras: la nazi y la soviética. Son 16 los mártires: se trata de Max Josef Metzger, sacerdote diocesano, fundador del Instituto Secular Societas Christi Regis, asesinado el 17 de abril de 1944 en Alemania, y Christophora Klomfass con sus 14 compañeras, de la Congregación de las Hermanas de Santa Catalina virgen y mártir, asesinadas en 1945 por el régimen comunista soviético.
El Papa Francisco, al recibir la mañana de este jueves 14 de marzo al cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, autorizó la promulgación de los correspondientes Decretos. En total, los próximos Beatos serán 19. Siete los nuevos Venerables.
15 monjas martirizadas bajo el comunismo soviético
Las 15 religiosas, de origen alemán, residieron en Prusia Oriental durante la invasión del Ejército Rojo: todas murieron entre enero y noviembre de 1945. Asesinadas por odio a la fe por soldados soviéticos, violadas, torturadas o muertas de hambre, malos tratos o enfermedades en campos de concentración en Rusia. Como señal de feroz desprecio por la religión cristiana, sus verdugos a menudo cortaban y rasgaban sus hábitos religiosos.
Un sacerdote por la paz y el ecumenismo en la época de Hitler
El sacerdote alemán Max Josef Metzger fue víctima de otra dictadura, la nazi. Implicado en los movimientos pacifistas y ecuménicos, en 1917 fundó la Liga de la Paz Universal de la Cruz Blanca y diez años más tarde participó como observador católico en la Asamblea de Lausana, que dio origen al Consejo Mundial de Iglesias. Con la llegada del nazismo, no tuvo miedo de hablar contra Hitler. Fue detenido por primera vez en 1939 y por segunda vez en 1943. Condenado a muerte, fue guillotinado el 17 de abril de 1944 en la prisión de Brandenburg-Görden. Era consciente de que su compromiso con la paz y el ecumenismo, así como su rechazo al régimen nazi en nombre de Cristo, podían costarle la vida.
Padre Torres y los próximos Beatos
Entre los próximos nuevos beatos se encuentra también el patriarca de Antioquía de los maronitas Stefano Douayhy, libanés, que vivió en el siglo XVII (1630-1704). Llevó a cabo una intensa labor de asistencia a los pobres y a favor del diálogo ecuménico entre Oriente y Occidente.
También serán proclamados Beatos el Venerable José Torres Padilla, sacerdote diocesano español, cofundador de la Congregación de las Hermanas de la Compañía de la Cruz (1811-1878) y el Venerable Camillo Costa de Beauregard, sacerdote diocesano francés (1841-1910), apodado el "padre de los huérfanos" por haber fundado el orfanato Le Bocage en Chambéry.
Los siete nuevos Venerables
Los siete nuevos venerables son: Geevarghese Thomas Panickaruveetil Mar Ivanios, arzobispo de Trivandrum de los siro-malabares, fundador en 1919 de las Congregaciones de la Orden de la Imitación de Cristo Bethany Ashram y de las Hermanas de la Imitación de Cristo Bethany Madhom, una pionero del ecumenismo en la India y primer obispo de la Iglesia católica siro-malankara; el sacerdote brasileño Liberio Rodrigues Moreira, que en la primera mitad del siglo pasado dedicó su vida a los enfermos y a los pobres y vivió con profundo espíritu cristiano las pruebas que la vida no le ahorró, incansable adorador de la Eucaristía; el laico profeso Antonio Tomičić, croata de la orden de los Frailes Menores Capuchinos, que en los años del comunismo, cuando llevaba signos religiosos en público provocaba el ridículo y la hostilidad, nunca se quitaba el hábito, sufría insultos en público y perseveraba, con firme confianza en el Señor, en su oficio de rogar por las necesidades de los hermanos; la laica y madre de familia Maddalena Frescobaldi Capponi, fundadora de la Congregación de las Hermanas Pasionistas de San Pablo de la Cruz; María Alfinda Hawthorne, fundadora de las Hermanas Dominicas de Santa Rosa de Lima, nacida a mediados del siglo XIX en el seno de una familia protestante en Massachusetts y que se hizo católica en Europa junto a su marido, del que se separó a causa del alcoholismo, dedicándose luego al servicio de Cristo en los enfermos de cáncer; Angelina Pirini, líder laica de la parroquia Acción Católica de Celle di Sala di Cesenatico en Emilia Romagna, fallecida en 1940; y finalmente Elisabetta Jacobucci, monja profesa del Instituto Terciario Franciscano Alcantarino, que vivió entre los siglos XIX y XX: siempre disponible para aceptar las tareas más humildes, supo combinar el aspecto ascético de la contemplación de la Pasión con un intenso apostolado caritativo en beneficio de los huérfanos y los ancianos.
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