Las cinco intensas horas del Papa en Venecia en un vídeo
Sólo cinco horas, suficientes, sin embargo, para escribir capítulos -pequeños y grandes de la historia- para toda una ciudad como Venecia, ciertamente no priva de presencias papales. La visita del Papa Francisco a la ciudad lagunar hoy, domingo 28 de abril, ha sido breve (incluso con un gran adelanto en el programa), pero realmente intensa. Cuarto Papa en visitar la ciudad y primero en visitar la Bienal de Arte, el Papa Francisco recorrió las "calle" y canales partiendo del pabellón de la Santa Sede instalado en la cárcel de la Giudecca.
La primera parada fue con las reclusas del centro penitenciario femenino: en el patio de su "hora de aire", el Pontífice aterrizó hacia las 8 de la mañana para saludar a las autoridades civiles y a las del instituto. El Papa pasó cerca de una hora con las reclusas, en un patio verde, escuchando fragmentos de historias y aceptando regalos, correspondiéndoles con palabras de denuncia (sobre los problemas de hacinamiento, falta de recursos, violencia, sufrimiento) y, al mismo tiempo, palabras de esperanza sobre una cárcel que "puede convertirse en un lugar de renacimiento, moral y material, en el que no se aísle la dignidad".
Palabras de esperanza dirigidas también a los jóvenes de la región del Triveneto, unos 1.500, reunidos en el atrio de la Basílica de Santa Maria della Salute, a la que llegó en lancha motora en una de las imágenes más representativas de la visita, entre los cánticos que resonaban en el muelle, el saludo de los gondoleros con los remos alzados (alzaremi) y los globos y pancartas que ondeaban desde las embarcaciones. A los chicos y chicas la invitación a "levantarnos del suelo porque estamos hechos para el cielo, levantarnos de la tristeza para mirar hacia arriba, levantarnos para ponernos delante de la vida, no sentados en el sofá".
"Remen con perseverancia para llegar lejos", la exhortación del Obispo de Roma a los jóvenes, algunos de los cuales le acompañaron simbólicamente en el paseo por el puente flotante hasta llegar a la Plaza de San Marcos para la Misa conclusiva ante la majestuosa Basílica. Dos vueltas en el papamóvil, con apretones de manos y bendiciones a los recién nacidos. En su homilía, Francisco habló de la belleza de esta ciudad única, "espléndida pero frágil" y, por tanto, necesitada de cuidados y protección, pues de lo contrario, advirtió, "podría incluso dejar de existir". Por ello, hizo un llamamiento a las autoridades y a los habitantes para que Venecia, que siempre ha sido "un lugar de encuentro y de intercambio cultural", pueda ser "un signo de belleza accesible a todos, empezando por los últimos".
(Por Salvatore Cernuzio - Vídeo de Andrea Moneta)
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí