El Papa: la trata, terrible plaga, hija de las guerras y las desigualdades sociales
Francesca Sabatinelli - Ciudad del Vaticano
Las guerras, el cambio climático, las disparidades sociales y económicas están en el origen de la trata de personas, "una de las plagas más terribles de nuestro tiempo", la calificó Francisco, quien en un mensaje a los participantes en la segunda Asamblea General de Talitha Kum, que concluyó ayer en Sacrofano, a pocos kilómetros de Roma, indicó la necesidad de combatir este mal "sistémico" mediante "un enfoque sistemático a múltiples niveles".
Desigualdades y vulnerabilidad
El Papa rinde homenaje al trabajo realizado por la Red Internacional de la Vida Consagrada contra la Trata de Personas, que desde hace 15 años trabaja junto a víctimas, supervivientes y personas en riesgo, y señala los conflictos, las grandes desigualdades e incluso el cambio climático como origen de este terrible fenómeno que "se aprovecha de la vulnerabilidad de las personas obligadas a emigrar y de la condición de desigualdad en la que se encuentran especialmente las mujeres y las niñas".
La trata evoluciona constantemente
Francisco instó a Talitha Kum a continuar el camino junto a las víctimas, escuchándolas, ayudándolas a reaccionar y, al mismo tiempo, actuando contra la trata, "una actividad que respeta y no mira a nadie a la cara, garantizando grandes beneficios a personas sin escrúpulos morales". Además, la trata "evoluciona constantemente y siempre encuentra nuevas formas de desarrollarse, como ocurrió durante la pandemia".
La llamada a los gobiernos y a las instituciones
Para eliminar la trata, por tanto, "es necesario ser comunidad", como indica el tema de la Asamblea que el Papa recuerda en su mensaje: "Caminar juntos para poner fin a la trata: la compasión en acción para la transformación". Una misión que Talitha Kum ha llevado a cabo a lo largo de los años convirtiéndose, continúa Bergoglio, en "una red capilar y global" enraizada "en las Iglesias locales", y confirmándose como punto de referencia para las víctimas, sus familias y las comunidades más vulnerables. Una acción que con el tiempo se ha convertido también en "una fuerte llamada a la responsabilidad de los gobiernos e instituciones nacionales y locales". La recomendación del Papa es continuar por el camino de la prevención y la asistencia, "entretejiendo muchas relaciones preciosas, indispensables para combatir y derrotar la trata".
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