Francisco: La fraternidad, baluarte contra la violencia y la guerra
PAPA FRANCISCO
Si definimos la fraternidad en sus efectos, debemos decir inmediatamente que es la resistencia a la crueldad del mundo. Desde que existe la humanidad, Polemos, el demonio de la guerra, ha estado presente y se manifiesta en la rivalidad que llega hasta la negación, el asesinato del otro, como revela el fratricidio de Abel por parte de Caín. Por eso la fraternidad debe regenerarse siempre y resistir a la rivalidad que conduce a la violencia y a la guerra. Por desgracia, la fraternidad es lo que más falta en nuestra convivencia, y es precisamente su ausencia lo que causa sufrimiento. Sin fraternidad, la igualdad y la libertad seguirán siendo siempre valores amenazados, débiles y fácilmente contradichos. Ciertamente, la fraternidad debe decidirse con una elección: el rechazo de la exclusión, la voluntad de reconciliación, el deseo de una profunda comunión humana.
En este libro, el Hermano Enzo Bianchi, con su habitual profundidad humana e inteligencia espiritual, muestra que la fraternidad es la vocación de la humanidad. Todos somos hermanos y hermanas en humanidad, mortales, pero con conciencia de estar vivos para estar en relación unos con otros. El gran don que podemos acoger es el otro: cercano o lejano, conocido o desconocido, amigo o enemigo. Si nos ponemos uno al lado del otro, siempre tenemos enfrente a un hermano, a una hermana, y sentimos que tenemos una misma vocación: pasar de decir «yo» a decir «nosotros», para vivir juntos.
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