Francisco a los jóvenes: La guerra es una rendición al mal, sueñen con una paz justa
Vatican News
La paz “es la urgencia que vivimos ante las guerras y las muchas personas que pierden la vida cada día, niños, ancianos, jóvenes, hombres y mujeres. ¡Jesús vive y te quiere vivo! Sin paz no hay vida. Sólo hay muerte y destrucción”. Es lo que escribe Francisco en un mensaje a los jóvenes de la Costa Amalfitana, con ocasión del encuentro “Instrumentos de paz”, en la catedral de San Lorenzo en Scala, pequeña localidad de la provincia de Salerno, en el sur de Italia. Les pide que se conviertan en «peregrinos de la esperanza» y que sueñen con «una paz justa».
Construir amistad y fraternidad
Francisco señala a los jóvenes los tres “caminos seguros para convertirse en instrumentos de paz», empezando por «llenar la jornada de gestos de paz” que puedan iluminar “cada hora”, como un “gesto de servicio, de ternura, de perdón”. El Papa recuerda la figura del Beato Frey Gerardo Sasso, fundador y primer Gran Maestre de la Orden de los Caballeros de Malta, y pide a los jóvenes que “construyan puentes de amistad y solidaridad recíproca» siguiendo su ejemplo”.
El arma de la oración
Es necesario también “rezar con el corazón por la paz”, un compromiso cotidiano, reuniéndose en momentos de adoración eucarística. Porque la oración, explica el Papa, es un “arma muy eficaz” cuando uno se siente “impotente ante el drama de los escenarios mundiales”, y para ello hay que utilizarla. Por eso es necesario rezar “más por la paz, para que llegue pronto”.
Peregrinos de la esperanza por una paz justa
Por último, el Papa les pide "vivir como peregrinos de la esperanza", sin cansarse nunca de "soñar con la paz justa y la fraternidad", porque el sueño de Dios es "que sus hijos estén unidos y sean felices", reconociéndose todos hermanos. Francisco exhorta a no rendirse ante la «idea de que la guerra puede resolver los problemas y conducir a la paz», porque la guerra “es siempre una derrota, una rendición vergonzosa ante las fuerzas del mal”. Por eso es necesario “recordar a todas las víctimas”, que nunca deben ser olvidadas, para que su recuerdo nos pueda abrir “concretamente para encontrar en el presente una salida en un camino de reconciliación”.
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