El Papa a los filipinos: Debemos construir un hogar acogedor
Sebastián Sansón Ferrari - Ciudad del Vaticano
"Tahanan": esta palabra que se traduce por "hogar" es el nombre de la misión de la comunidad filipina en Madrid, a cuyos integrantes el Papa Francisco recibió en audiencia el lunes 16 de diciembre por la mañana. En su discurso, el Pontífice subrayó que "la Iglesia allí donde andamos para nosotros siempre es un hogar, un hogar cálido, acogedor, y hoy la casa de Pedro es para ustedes como un hogar también".
El Santo Padre aseguró que ha visto que en Madrid tienen su sede en la parroquia de Nuestra Señora del Espino, y esto le ha hecho pensar en tantas personas migrantes que lejos de encontrar ese hogar cálido y acogedor, más bien se topan con infinidad de dificultades e incomprensiones que se alzan como un espino contra ellos. "Sobre estas espinas, agregó el Obispo de Roma, nuestra bendita Madre se nos presenta, para que no perdamos la esperanza, y seamos capaces de enfrentar los problemas, confiados en su protección y amparo".
El motivo de su visita es el 25º aniversario de la erección canónica de la parroquia personal de la Inmaculada Concepción y San Lorenzo Ruiz, en Barcelona. "San Lorenzo, dijo, es una figura muy hermosa, pues por un lado nos habla de integración de culturas". "Su familia, como la del Cardenal Tagle, tenía ascendencia china y filipina y, junto a la española que le dio la fe, creaban un excelente mestizaje".
El Sucesor de Pedro subrayó que "tuvo que abandonar su tierra debido a la injusticia, en su caso una difamación, como muchas personas que todavía hoy se ven obligadas a emigrar para salvar sus vidas o buscar un futuro mejor. Finalmente, al llegar a la tierra que debería haberle acogido, Dios le pidió testimoniar su fe con la prueba del amor más grande de amor, entregar su vida". A su vez, sostuvo que confiados en Jesús, ambos afrontaron dificultades sin perder jamás la esperanza y ambos son ejemplo de una vida entregada a servir a Dios en el hermano.
El Papa añadió espontáneamente que guarda dos recuerdos lindos de su visita a su tierra, que tuvo lugar en enero de 2015, y evocó "los siete millones en la misa de Manila". "Y después, la Misa en Tacloban, con la lluvia, los vientos, que tuvimos después que salir corriendo porque venía un vendabal y si no, no podíamos salir", relató el Pontífice.
Francisco consideró que "los filipinos son hombres de fe, mujeres de fe" y comentó que en el Vaticano trabajan algunos filipinos: "Es genial la fe que tienen, el testimonio que dan". En este sentido, los animó a seguir dando testimonio en esta sociedad que se hizo demasiado rica, demasiado competente, demasiado suficiente.
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