El Papa a los seminaristas: Señalen a Jesús con su modo de vivir
Vatican News
De las rutas de Compostela a las huellas de los apóstoles en Roma. Los jóvenes del Seminario Mayor Interdiocesano de Santiago conocen bien el significado y el valor de una peregrinación, y hoy, 12 de septiembre, el itinerario formativo que están viviendo junto a sus compañeros de las diócesis de Tui-Vigo y Mondoñedo-Ferrol les ha llevado al centro de la Iglesia, a una «meta» que prefigura lo que serán, «pastores forjados según la medida del Corazón de Cristo, humilde y misericordioso». Este es el deseo que el Papa reservó a los obispos, formadores y seminaristas del Seminario Mayor interdiocesano «Apóstol Santiago», recibidos en audiencia y a los que dirigió el discurso preparado para la ocasión.
No tengan miedo de abrir el corazón
“Creo que la imagen de la ‘peregrinación’ es adecuada para indicar el itinerario formativo que ustedes están realizando”, señaló Francisco y prosiguió precisando que, como peregrinos, “primero, sentimos una llamada, que nos impulsa a salir de nosotros mismos; luego, nos lanzamos a la aventura y empezamos a caminar, a lo largo de diferentes momentos y etapas. Finalmente, llegamos a la meta”.
Esto también sucede en la formación para el sacerdocio, donde el objetivo es llegar a ser pastores del Pueblo de Dios, pastores forjados según la medida del Corazón de Cristo, humilde y misericordioso. Recuerden que en el camino no están solos, esto es fundamental: no tengan miedo de abrir el corazón.
Sean testigos de la alegría del Evangelio
El Pontífice les recordó que ”en el camino irán encontrando muchas personas diferentes, algunas tal vez estarán atravesando momentos difíciles, estén heridas o no conozcan a Dios”. De aquí su exhortación:
Sean para todas ellas testigos de la alegría del Evangelio, bríndenles la ternura y el consuelo del Señor para que sane las ampollas del camino. No dejen de ser esas “flechas amarillas” que, como san Juan Bautista, señalen a Jesús y digan a todos, con sus palabras, pero también y sobre todo con su modo de vivir: «Este es el Cordero de Dios» (Jn 1,29).
Finalmente, recordando el Año Santo 2025 que se aproxima, una “gracia jubilar que se nos regala”, el Papa instó a seguir “caminando juntos como peregrinos de esperanza, hacia la patria celestial”.
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