Falleció el cardenal Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso
Ciudad del Vaticano
El cardenal Tauran "nunca se cansaba de dejar la puerta abierta"
El anuncio de la muerte del Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y camarlengo de Santa Romana Iglesia ha profundamente conmocionado sobre todo a sus más cercanos colaboradores, como el Secretario del mismo Dicasterio, mons. Miguel Ángel Ayuso Guixot, quien ante los micrófonos de Vatican News, recuerda la purpurado como “un incansable constructor de paz”, con “un carisma particular” y una “humanidad extraordinaria”.
“Él ha caminado siempre hacia la verdad estando junto a cada ser humano”, “trabajando en la caridad”, subraya el Secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, en la entrevista a nuestra colega Barbara Castelli. Él “no se cansaba nunca de dejar la puerta abierta”, no obstante las dificultades y conflictos.
Mons. Ayuso recuerda conmovido cuanto repetido a menudo por el fallecido purpurado: “el verdadero diplomático es aquel que sabe estar en silencio en muchos idiomas”.
El fallecimiento en Estados Unidos
El cardenal Tauran tenía 75 años. Había ido a Connecticut para curar la enfermedad de la cual sufría desde hace tiempo, el párkinson. Residía en la comunidad de las Hermanas franciscanas de la Eucaristía, en la arquidiócesis de Hartford. El 13 de marzo del 2013 fue él quien anunció, desde el Balcón central de la Basílica Vaticana, la elección del Papa Francisco.
El pasado mes de abril el purpurado realizó una importante visita a Arabia Saudita recordando que “lo que está amenazando a todos nosotros no es el enfrentamiento de civilización, sino el enfrentamiento de ignorancias y radicalismos. Conocerse es reconocerse”. “El futuro – había dicho – consiste en la educación. Los cristianos no deben ser considerados ciudadanos de segunda clase”.
Su trabajo por la paz el diálogo y la libertad
En una entrevista concedida el pasado mes de noviembre, al día siguiente del atentado a la Mezquita de Rauda en el Sinaí, que había definido un nuevo paso hacia el abismo, lanzó un nuevo llamamiento a los hombres de buena voluntad para que continuaran a trabajar por el diálogo, la paz y la libertad. Una invitación reiterada en el mes de mayo en el Mensaje a los musulmanes por el Ramadán.
En el mensaje del pasado mes de octubre a la comunidad hindú titulado: “Cristianos e hindúes: más allá de la tolerancia” por la festividad de Deepavali, el card. Tauran evidenció el desafío contra la intolerancia, que es causa de violencia en tantas partes del mundo.
Dirigiéndose a los budistas en el Mensaje de felicitaciones por la fiesta de Vesak, en abril pasado, exhortó a trabajar unidos contra la corrupción por una cultura de legalidad y transparencia.
Su juventud y carrera sacerdotal
Tauran nació en Burdeos, Francia, el 5 de abril de 1943. Cumplidos los estudios clásicos en el Liceo «Michel Montaigne», en Burdeos, después de dos años transcurridos en el Seminario Mayor diocesano fue enviado a Roma como alumno del Pontificio Seminario Francés y de la Pontificia Universidad Gregoriana, donde finalizó los estudios teológicos y filosóficos, consiguiendo la Licencia en Filosofía y Teología. En los años 1964-1965, obtempera a la obligación del servicio militar, a título de la cooperación cultural francesa, enseñando en un colegio católico en el Líbano.
Ordenado sacerdote el 20 de septiembre de 1969, ejercita el ministerio sacerdotal como Vicario Parroquial de Santa Eulalia en Burdeos iniciando a frecuentar los cursos de Derecho Canónico en el Instituto Católico de Tolosa. Llamado a Roma en 1973, frecuenta la Pontificia Academia Eclesiástica, donde se forma el personal diplomático de la Santa Sede, y la Pontificia Universidad Gregoriana, obteniendo la graduación en Derecho Canónico.
Entra en el servicio diplomático de la Santa Sede en marzo de 1975, y es asignado a la Nunciatura Apostólica en la República Dominicana, en la que colabora hasta 1979, cuando es trasladado a la Nunciatura Apostólica en el Líbano. Aquí permanece hasta julio de 1983, cuando es llamado a trabajar en el Consejo de los Asuntos Públicos de la Iglesia.
Del 1984 a 1998 sigue los trabajos de la entonces Conferencia para la Seguridad y la Cooperación en Europa, participando, entre otras cosas, en 1984, en la Conferencia de Estocolmo sobre el Desarme, en el 1985 en el Fórum Cultural de Budapest, en 1986 en la Conferencia de Viena, abierta en aquel año. En 1988 es nombrado sub-Secretario del Consejo para los Asunto Públicos de la Iglesia.
El 1° de diciembre de 1990 es elegido Arzobispo titular de Telepte y nombrado Secretario del citado Consejo que – algunos meses después – toma el nombre de Sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado. Recibe la ordenación episcopal el 6 de enero de 1991 en la Basílica Vaticana de San Juan Pablo II.
Durante los 13 años transcurridos a la guía de la Sección para las Relaciones con los Estados, cumple muchas misiones al extranjero y guía a la Delegación de la Santa Sede en numerosas Conferencias Internacionales.
La llegada del cardenalato y su última misión
Juan Pablo II lo crea cardenal en el Consistorio del 21 de octubre de 2003, con el título de San Apolinar a las Termas Neronianas – Alejandrinas (Protodiácono desde el 2001 al 2014).
El 24 de noviembre del 2003 es nombrado Archivista y Bibliotecario de la Santa Romana Iglesia. El 25 de junio de 2007 Benedicto XVI lo nombra Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. El 26 de junio 2013 el Papa Francisco lo nombra Miembro de la Pontificia Comisión referente sobre el Instituto para las Obras de Religión.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí