Parolin: las empresas producen inclusión social
Alessandro Guarasci - Ciudad del Vaticano
Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, pide una nueva ética en economía. En un mensaje a una reunión promovida en Roma por el Comité Técnico-Científico de la Unión Cristiana de Empresarios Dirigentes (Ucid), el cardenal afirma que las empresas deben ser hoy "capaces de comprender su papel en términos renovados y generosos, productores no sólo de bienes y servicios específicos y medibles en términos de beneficios presupuestarios, sino también productores inseparables del gran servicio de inclusión social y recuperación del medio ambiente".
La Doctrina Social de la Iglesia como punto de referencia para la humanidad
Parolin recuerda que "si las empresas no consiguen incluir los macrovalores entre sus objetivos, están creando antivalores". En la sociedad actual, señala la Secretaria de Estado, "estamos asistiendo al desarrollo de dos mundos paralelos: el mundo de los socialmente integrados, que en mayor o menor medida pueden disfrutar de los beneficios de la economía de mercado, y el de los excluidos, separados por barreras difíciles de superar.
A esto hay que añadir, dice el Card. Parolín, la "explotación del hombre por el hombre", que es "una realidad fuertemente presente", los fenómenos de "prostitución, de "niños soldados", de tráfico de drogas, de explotación de la mendicidad, pero también "la exacerbación del consumo, que no sólo daña el medio ambiente, sino que distorsiona la conciencia que las personas tienen de sí mismas". Por eso, señala, "la Doctrina Social de la Iglesia muestra un horizonte de responsabilidad que puede parecer nuevo y ambicioso, pero del que no se puede escapar".
Hacia los migrantes, la solidaridad humana y la fraternidad cristiana
A continuación, el Secretario de Estado mencionó la cuestión de los migrantes. "O bien hay medios para llevar a cabo los graves deberes de la solidaridad humana y de la fraternidad cristiana, incluyendo la integración efectiva, el desarrollo de los países de origen y el fin de las guerras, aunque los costes económicos de todo esto puedan ser elevados, o bien se está avanzando hacia un desorden global que afectará rápidamente a las propias empresas".
Afirma el Card. Parolin, se necesita "una fuerte inyección de humanidad y lógica cristiana". Y de nuevo: "crear medios jurídicos y técnicos para la integración de los inmigrantes y refugiados: sistemas pedagógicos, formación técnica, asistencia sanitaria, mecanismos de inserción en el mercado laboral, todo ello a través de una legislación y unas medidas administrativas adecuadas".
Apuntar a la cohesión social. La ética y la moral son buenas para la economía
Para el presidente de Confindustria Vincenzo Boccia es necesario aspirar a la "cohesión social", y esto se hace a través del "desarrollo, el trabajo y el empleo", por lo que las obras deben abrirse inmediatamente. Según Riccardo Pedrizzi, presidente del comité técnico-científico de Ucid, "la ética y la moral hacen bien a la economía y las empresas".
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