Parolin: El Papa en Bulgaria y Macedonia del Norte, mensajero de paz y unidad
Massimiliano Menichetti – Ciudad del Vaticano
"Destacar lo que une" es una de las oportunidades destacadas por el Secretario de Estado del Vaticano, el Card. Pietro Parolin, en vísperas del vigésimo noveno Viaje Apostólico del Papa Francisco a Bulgaria y Macedonia del Norte, del 5 al 7 de mayo. Esta es la segunda visita de un Pontífice a Bulgaria después de la de San Juan Pablo II en 2002. El lema de este viaje, especialmente para Bulgaria -Pacem in Terris- recuerda la Encíclica de San Juan XXIII, el primer visitador y delegado apostólico en el país.
Eminencia, ¿qué llevará el Papa?
Quisiera comenzar con el logo de esta Visita a Bulgaria, es decir, la referencia a la Encíclica de San Juan XXIII, Pacem in Terris. El Papa será portador de paz en este sentido, testigo de Cristo resucitado, ya que estamos también en tiempo de Pascua, cuando recordamos las apariciones de Jesús resucitado a sus discípulos, donde el primer saludo fue precisamente: "La paz esté con ustedes, les doy mi paz, les dejo mi paz". Creo que el tema de la paz, del que el Papa es portador en esta visita, puede desarrollarse en dos direcciones: Por un lado, en la llamada a los que, según la Encíclica de Juan XXIII, son los cimientos de la paz, sin los cuales es imposible construir la paz verdadera, una paz segura y estable, y que son la verdad, la justicia, la libertad y el amor; Al mismo tiempo, recordando la figura de Juan XXIII -que fue precisamente un gran amigo de Bulgaria donde vivió diez años antes como visitador apostólico y luego como delegado apostólico-, el Papa quiere decir que la paz se construye a través de esas actitudes de las que Juan XXIII fue testigo, es decir, la búsqueda de la amistad, la dulzura, la amabilidad, el encuentro con el otro, el resaltar lo que une más que lo que divide... Estos fueron grandes rasgos, estos grandes rasgos de la figura y el Pontificado de Juan XXIII que ya surgieron en la época en la que desempeñó su función de representante papal. Creo que es en esta línea donde se situará la contribución del Papa Francisco en este Viaje.
Entre los momentos más significativos en Sofía, destaca la oración ante el trono de los santos Cirilo y Metodio, el encuentro con representantes de las diversas confesiones religiosas, como la visita al Patriarca Neófito...
Me parece que esta visita -ahora citamos a San Juan XXIII- se reúne en torno a algunas figuras particularmente significativas del presente y del pasado, como las de los dos Santos, los dos hermanos Cirilo y Metodio, que fueron santos de la Iglesia del primer milenio, por lo tanto de la Iglesia indivisa, pero en la que ya se vivieron tensiones que, desgraciadamente, llevarían también a la fractura, a la división y a la búsqueda de la unidad, así como al deseo de evangelizar nuevos pueblos, pueblos desconocidos, a través de la creación y de la utilización de nuevos métodos, nuevas lenguas. Creo que el sentido de este encuentro reside precisamente en una dimensión de fraternidad, subrayando así el ecumenismo como camino de fraternidad, reconociéndonos hermanos en el único Señor y, al mismo tiempo, todo el intento de superar las divisiones, las tensiones que aún subsisten, encontrándonos en la misión fundamental de los cristianos: la de llevar el Evangelio al mundo, sabiendo que la eficacia de esta evangelización será tanto más profunda e incisiva cuanto más unidos estemos y digamos juntos la Palabra de salvación que el Señor nos ha confiado.
El Papa llevará su cercanía a las personas que viven en un campo de refugiados. Una vez más insiste en la necesidad de construir puentes y derribar muros....
El magisterio del Papa, en cuanto al fenómeno de las migraciones, se articula en torno a estos cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar, y acompaña este magisterio con gestos muy concretos. Lo ha hecho en muchas ocasiones, incluso en otros viajes, en otras situaciones. También aquí quiere subrayar este aspecto, teniendo en cuenta que proteger significa también defender y tutelar la dignidad de cada uno de nuestros hermanos que se encuentran en una situación de vulnerabilidad y muchas veces de marginación. Se trata, pues, de un gesto que forma parte de la preocupación que el Papa siempre ha expresado en el plano de la enseñanza, pero sobre todo en el plano concreto del acercamiento a las personas que se encuentran en situaciones de dificultad.
La visita a Macedonia del Norte, a Skopie, la ciudad que dio a luz a Madre Teresa de Calcuta, también estará marcada por la atención a los pobres....
Recordamos a Juan XXIII, a los Santos Cirilo y Metodio y luego a Madre Teresa, que es una figura dominante. Cuando estuve en Macedonia hace unos años, yo mismo pude ver cuánto afecto y devoción hay por Madre Teresa. Naturalmente, esta atención a los pobres, a los marginados y a los que se encuentran en necesidad es una atención muy concreta. Madre Teresa se comparó a sí misma con una gota de agua en el mar, pero, dijo, si no hay esa gota el mar carece de algo. Creo que esta es la enseñanza fundamental que debemos seguir y que el Papa seguramente propondrá de nuevo y en la que insistirá: una caridad concreta, constituida por la atención a las personas que se encuentran en situación de pobreza, para ayudarlas a salir de esta situación, para hacerlas crecer.
¿Cuál es el reto de este viaje?
Creo que no hay desafíos, sino oportunidades en este viaje, especialmente teniendo en cuenta la situación geográfica e histórica de Bulgaria, que es una encrucijada de encuentros, pueblos, grupos... Así que, una vez más, relanzar el tema del encuentro, la cultura del encuentro y la diversidad, que debe convertirse en una oportunidad para el enriquecimiento mutuo, de modo que todos puedan crecer y desarrollarse en todas las dimensiones como individuos y también como comunidad, teniendo en cuenta que se trata en Macedonia del Norte, de una realidad multiétnica y multirreligiosa.
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