Fallece Cardenal Sgreccia, defensor carácter sagrado de la vida
Adriana Masotti - Ciudad del Vaticano
Su vida está dedicada a defender lo sagrado de la vida humana desde su primer momento hasta su fin natural. Último de seis hijos, el Cardenal Elio Sgreccia asistió al seminario de Fano y se hizo sacerdote el 29 de junio de 1952. Su primera tarea fue la de trabajar junto a los jóvenes como asistente espiritual de los chicos de Acción Católica, seguido por la de vicerrector en el mismo seminario regional donde estudió. Después de graduarse en literatura clásica en la Universidad de Bolonia, fue nombrado rector del Seminario Pontificio de Fano en las Marcas, luego trasladado a Ancona y de nuevo a la diócesis de Fossombrone.
El fuerte compromiso en el campo de los estudios de bioética
Cuando en 1973 la Facultad de Medicina y Cirugía de la sede romana de la Universidad Católica del Sagrado Corazón decidió reforzar el servicio pastoral a la comunidad de sus profesores y alumnos, fue elegida para que se convirtiera en un punto de referencia para la comunidad universitaria. Al cabo de 19 años, tras la finalización de su misión, la misma universidad le encomendó el estudio y la enseñanza de las cuestiones éticas de la biomedicina. Desde 1985 es director del Centro de Bioética y desde abril de 1992 director del Instituto de Bioética de la Universidad Católica. Ha colaborado extensamente en temas de bioética con organismos e instituciones a nivel europeo. En los años ochenta fue observador de la Santa Sede en el Comité de Ética del Consejo de Europa. De 1990 a 2006 fue miembro del Comité Nacional Italiano de Bioética.
Desde 2005 es presidente de la Academia Pontificia para la Vida
El 5 de noviembre de 1992 fue nombrado obispo titular de Zama Menor y secretario del Pontificio Consejo para la Familia. Recibió la ordenación episcopal de Juan Pablo II el 6 de enero del año siguiente. Sgreccia mantuvo su puesto en el Pontificio Consejo para la Familia hasta los primeros meses de 1996, cuando comenzó a dedicarse a tiempo completo al cargo de vicepresidente de la Academia Pontificia para la Vida y luego, el 3 de enero de 2005, se convirtió en su presidente hasta 2008. Cuando se le preguntó cuáles serían las prioridades de su trabajo, respondió a los micrófonos de Radio Vaticano: "El flagelo del aborto, sobre el que la Iglesia no puede hacer ni aquiescencia, ni silencio, ni compromiso. Pero también hay otros nuevos, como la procreación artificial, la clonación, el abuso de la vida humana y de los niños, la eutanasia. Siempre esperamos que las conciencias no se desarmen y que se pueda reafirmar el derecho a la vida, el reconocimiento de la dignidad, la acogida de los enfermos y de los moribundos".
Su contribución sobre cuestiones bioéticas de gran actualidad
Por nombramiento pontificio, Mons. Sgreccia participó en la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos sobre "Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización" (octubre de 2014) y en la XIV Asamblea General Ordinaria sobre el tema "La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo" (octubre de 2015). Fue Benedicto XVI quien lo creó cardenal en el Consistorio del 20 de noviembre de 2010, del diácono de San Angelo en Pesquería. La contribución del Cardenal Sgreccia a la aclaración de algunos temas candentes de actualidad como la donación de órganos, las células madre, la objeción de conciencia, el estado vegetativo permanente fue notable. Entre las diversas obras de Sgreccia, cabe destacar el "Manual de bioética para médicos y biólogos, en dos volúmenes, que ha tenido cuatro ediciones y muchas reimpresiones, y que también ha sido traducido al francés, español, portugués, inglés, ruso, rumano, búlgaro, ucraniano, árabe y coreano.
El reconocimiento de "Ciencia y Vida"
Entre los reconocimientos al Cardenal Sgreccia por su constante compromiso se encuentra el Premio Internacional para la Asociación de Ciencia y Vida que le fue otorgado en Roma el 21 de mayo de 2011. El Consejo Ejecutivo de Ciencia y Vida decidió por unanimidad conceder la primera edición de este premio al Presidente Emérito de la Academia Pontificia para la Vida como referencia autorizada de la escuela de bioética inspirada en el personalismo.
La intención era premiar a una personalidad de absoluta importancia en el campo de la bioética internacional", comentó el Copresidente Lucio Romano. El trabajo académico, pastoral y de investigación de Monseñor Sgreccia ha estado siempre marcado por el respeto y la salvaguarda de la preciosidad y la dignidad de toda vida humana, en constante coherencia y testimonio de los valores y principios que son también el fundamento de la Asociación Ciencia y Vida".
Con la muerte del Cardenal Elio Sgreccia, el Colegio Cardenalicio estaba compuesto de la siguiente manera: 220 cardenales en total, de los cuales 120 eran electores y 100 no electores.
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