Caso Orlandi: concluyen las operaciones en el Camposanto Teutónico
Ciudad del Vaticano
El Prof. Giovanni Arcudi, asistido por su personal - en presencia del experto de confianza designado por la Familia Orlandi - completó el análisis morfológico de los hallazgos encontrados en los osarios (varios cientos de estructuras óseas parcialmente intactas y miles de fragmentos).
Restos óseos del 1800
En el curso de las investigaciones antropológicas forenses, el profesor Arcudi no encontró ninguna estructura ósea que se remonte al período posterior a finales de 1800.
El consultor de parte ha hecho una solicitud para que se efectúen investigaciones de laboratorio sobre unos setenta hallazgos óseos; si bien el profesor Arcudi y su equipo no han apoyado tal solicitud ya que tales estructuras óseas presentan caracteres de datación muy antiguos.
Por estos motivos, las muestras han sido analizadas y preservadas en la oficina de la Gendarmería Vaticana a disposición del Promotor de Justicia.
Buscar la verdad sobre el caso Orlandi
En el comunicar estas operaciones, la Santa Sede confirma su deseo de buscar la verdad sobre la desaparición de Emanuela Orlandi y niega categóricamente que esta actitud de plena cooperación y transparencia pueda significar de algún modo, como algunos han afirmado, una admisión implícita de responsabilidad. La búsqueda de la verdad redunda en interés de la Santa Sede y de la familia Orlandi.
Asimismo, el comunicado explica que la voluntad transparente de la Santa Sede ya se ha manifestado, además de en las investigaciones y exámenes en curso en el Camposanto Teutónico, en aquellas realizadas por las autoridades italianas, tras un informe de la Gendarmería Vaticana en la sede de la Nunciatura en Italia, en Villa Giorgina, para el que se comunicó el 3 de julio la solicitud de presentación de la Procura de la República ante el Tribunal de Roma.
Según las conclusiones de las autoridades italianas, que iniciaron el procedimiento de devolución de los huesos hallados en Villa Giorgina el pasado 25 de julio, la datación de los hallazgos se remonta entre el año 90 y 230 d.C.
Esto niega cualquier conexión con la dolorosa desaparición de Emanuela Orlandi.
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