Roche: un decreto para detener el contagio pero no la oración
Vatican News
"En este momento de prueba debemos tratar de detener el contagio, sin detener nuestra oración, al contrario, multiplicándola". El Arzobispo Arthur Roche, Secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, explicó a Vatican News el nuevo decreto del Dicasterio para las celebraciones de la Pascua en tiempos de pandemia.
Excelencia, un nuevo decreto de la Congregación para el Culto Divino ofrece indicaciones para la celebración del Triduo Pascual una semana después de la difusión en la página web del Dicasterio de un texto inicial. ¿Cuáles son las razones de esta actualización?
Es evidente para todos que vivimos en tiempos de emergencia, con situaciones que cambian rápidamente. Las crisis de esta magnitud a veces requieren nuevos desarrollos y actualizaciones. El primer texto data de varios días atrás. Las actualizaciones, incluso las significativas, se han vuelto indispensables y, sobre todo, nos hemos confrontado con los episcopados de los países más afectados por la pandemia. Hemos tratado de tener en cuenta las observaciones que nos han llegado.
En primer lugar, la fecha de la Pascua no se pospuso como algunos imaginaron, dada la situación de los países afectados por el Covid 19. ¿Por qué?
La fecha de la Pascua no puede ser pospuesta. La celebraremos después de la preparación de este tiempo especial de Cuaresma, tan marcado por el dolor, el miedo, la incertidumbre. Hace unas semanas recibimos las cenizas en nuestras cabezas, y se nos recordó que somos polvo y en polvo nos convertiremos. Pero somos polvo amado por Dios, redimido por Dios. Jesús sufrió en la cruz pero superó la muerte y creemos en la resurrección de los cuerpos, en la vida eterna. La Pascua es la fiesta de esta victoria sobre la muerte. En los países afectados por la enfermedad, donde existen restricciones establecidas por las autoridades civiles para evitar las reuniones y movimientos masivos de personas, los obispos y sacerdotes celebrarán los ritos de la Semana Santa sin el pueblo y en un lugar adecuado, evitando la concelebración y omitiendo el intercambio de la paz.
Impacta esta Pascua celebrada sin la presencia de los fieles, sin el pueblo de Dios...
Es muy doloroso. Hemos visto, sin embargo, en esta época de aislamiento, cómo se ha multiplicado la creatividad de los sacerdotes, que encuentran maneras de estar cerca del pueblo con todos los medios disponibles hoy en día. Mucha gente sigue la misa del Santo Padre diariamente desde Santa Marta, y siguen otras celebraciones a través de los medios sociales. Muchos fieles rezan el rosario conectándose a través de la radio, la televisión o la web. Vivimos un momento excepcional. No olvidemos que Jesús habla de la oración personal invitándonos a rezarla en nuestras habitaciones y por lo tanto en nuestras casas. Sabemos que por su naturaleza la fe cristiana es relación y comunidad: la oración común y la participación común en la mesa eucarística es fundamental. Pero en este momento de prueba debemos tratar de detener el contagio, sin detener nuestra oración, al contrario, multiplicándola. Es importante que los fieles sean advertidos del momento en que comienzan las celebraciones, para que puedan unirse a la oración en sus hogares y seguirlos en vivo, participando en ellas de esta manera.
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