Barbagallo, AIF: progresos en los controles de la actividad financiera del Vaticano
Alessandro Di Bussolo - Ciudad del Vaticano
"Estoy seguro de que llegaremos preparados para la evaluación de Moneyval, gracias a los progresos realizados en la supervisión de la actividad financiera de las distintas instituciones vaticanas". En una entrevista con Vatican News, Carmelo Barbagallo, presidente de la AIF, la Autoridad de Información Financiera de la Santa Sede y la Ciudad del Vaticano, habla sobre lo que se ha hecho bajo su gestión.
El nombramiento en noviembre de 2019, después de 40 años en el Banco de Italia
Procedente de la ciudad italiana de Catania, de 65 años, casado y padre de dos hijos, auditor oficial, Barbagallo trabajó durante 40 años en el Banco de Italia, donde se jubiló en junio de 2019 como jefe del Departamento de Supervisión Bancaria y Financiera.
En su presentación del Informe 2019, recuerda que, tan pronto como fue llamado por el Papa Francisco para ocupar el nuevo y delicado puesto actual desde el pasado mes de noviembre, dijo estar seguro de que "la AIF podría hacer su contribución para que los valores de corrección y transparencia de los movimientos financieros de la Santa Sede sigan siendo reconocidos".
La cooperación y colaboración internacional en el Vaticano
Después de poco más de seis meses de trabajo, explica el Presidente de la AIF, los resultados obtenidos "dan testimonio de la validez de esos compromisos". Al dar cuenta de lo que se hizo en 2020, y que no se encuentra en el Informe, destaca el elevado número de información intercambiada con las oficinas de información financiera de otros países y los nuevos memorandos de entendimiento firmados con otras autoridades de la Santa Sede, desde la Secretaría de Economía hasta el Promotor de Justicia. Barbagallo recuerda que para muchas entidades vaticanas la AIF ha promovido cursos de formación para directivos y empleados con el fin de mejorar la capacidad de "identificar el origen y el destino de los fondos movidos", reforzando así los "anticuerpos" de estas oficinas "frente a las potenciales amenazas de blanqueo de dinero y de financiación del terrorismo a las que podrían estar expuestos, no pocas veces de forma inconsciente".
- Dr. Barbagallo, ¿cuáles son las tareas fundamentales de la AIF?
R.- La Autoridad de Información Financiera (AIF) fue establecida en 2010 por el Papa Benedicto XVI y comenzó a funcionar en 2011. Lleva a cabo dos tareas fundamentales: es responsable de la lucha contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo, y ejerce una supervisión prudencial sobre las instituciones que llevan a cabo actividades financieras profesionales, y por lo tanto sobre el Instituto para las Obras de Religión (IOR).
- En octubre de 2019, una investigación de la justicia vaticana alcanzó a la AIF: ¿cuáles fueron las consecuencias?
R.- Como sabe, como parte de la investigación a la que usted se refiere, se registraron las instalaciones de la Autoridad y se suspendió al director de la AIF. El Presidente y dos de los otros cuatro miembros del Consejo de Administración fueron sustituidos. Quisiera señalar que la investigación no estaba enfocada en la Autoridad como tal, sino en un miembro individual de la Autoridad, respecto al cual, hasta que se demuestre lo contrario, se le aplica la presunción de inocencia. La situación creada en la cúpula de la AIF fue remediada en primer lugar por mi nombramiento por el Papa Francisco el 27 de noviembre de 2019.
El 15 de abril de 2020 el Secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin, nombró al nuevo director y al subdirector de la Autoridad, representantes de alto nivel y de gran experiencia. Finalmente, el Consejo de Administración fue restablecido cuando el Papa nombró a Antonella Sciarrone Alibrandi, vice-rectora de la Universidad Católica del Sagrado Corazón. Estoy seguro de que el nuevo consejero podrá hacer, junto con los miembros de la junta en funciones, una importante contribución a la definición de las estrategias y directrices de la AIF.
- En noviembre pasado, la investigación y las búsquedas culminaron en la suspensión de la AIF del Grupo Egmont, el foro que reúne a las unidades de información financiera de todo el mundo. Después de dos meses la AIF fue readmitida. ¿Cómo han ido las cosas?
R.- La suspensión de la AIF del Grupo Egmont, ordenada en noviembre de 2019, dependía de la dificultad -en el contexto de la falta temporal de los dirigentes de la AIF- de proporcionar al mismo circuito información oportuna sobre los documentos incautados y las circunstancias de la incautación, así como del respeto, también en perspectiva, de las normas internacionales de seguridad de la información de inteligencia. Sin embargo, la suspensión fue breve, gracias también a la información y las garantías proporcionadas por la AIF. La firma de un memorando de entendimiento entre la AIF y la Oficina del Promotor de Justicia fue decisiva.
Entre otras cosas, aseguramos a nuestros homólogos internacionales que, de acuerdo con el protocolo, toda incautación de documentos e información confidencial se llevará a cabo de forma coherente con las normas de seguridad de la información de inteligencia establecidas por el Grupo Egmont.
- ¿Cuál es el balance de sus primeros seis meses de trabajo al frente de la Autoridad de Información Financiera?
R.- No me corresponde a mí hacer un juicio. Sólo mencionaré algunos hechos. En el frente internacional, se ha restaurado la fluidez de los circuitos de información. En el plano interno, se han firmado cuatro importantes memorandos de entendimiento, con la Secretaría de Estado, con la Secretaría de Economía, con la Oficina del Promotor de Justicia y la Gendarmería, y finalmente con la Oficina del Auditor General. Los protocolos permitirán hacer aún más intensas y fructíferas las oportunidades de colaboración con estas autoridades, que ya son particularmente fructíferas. Se ha reforzado considerablemente el personal y se han reorganizado las oficinas, nombrando a dos nuevos directores. La actividad de supervisión prudencial del IOR utilizará los resultados de una inspección a fondo que se está completando y estará apoyada por guías operacionales específicas.
- Ha anunciado un cambio en los estatutos y también en el nombre de la AIF: ¿puede explicar qué es lo que realmente cambiará y por qué?
R.- La intensa actividad de fortalecimiento de la Autoridad llevada a cabo en estos meses tendrá, por así decirlo, un logro culminante con la promulgación, esperemos que pronto, del nuevo estatuto y el primer reglamento interno de la AIF. En lo que respecta a la estructura de gobierno de la AIF, el nuevo estatuto, al confirmar la función del Consejo de Administración, debería hacer hincapié en el papel proactivo del Presidente en la elaboración de la estrategia de la Autoridad y su control. Al mismo tiempo, se reforzaría el papel del Director, responsable, junto con el Director Adjunto, de la eficacia y la eficiencia de la labor de la Autoridad.
La nueva redacción de los Estatutos también permitirá revisar la organización interna para garantizar que las actividades de las diferentes oficinas sean más operativas. Por último, se prevería el cambio de nombre de la Autoridad, que pasaría a llamarse ASIF (Autoridad de Supervisión e Información Financiera), para potenciar las dos "almas" de nuestra actividad, que no es sólo de inteligencia, sino también de supervisión, entendida como vigilancia y regulación. Como corolario del estatuto, debería emitirse el primer reglamento interno, en el que se especificarán ciertas normas de funcionamiento de la Autoridad, en una lógica de buena y sana administración.
- A finales de septiembre llegarán al Vaticano los evaluadores de Moneyval: ¿cómo se están preparando y qué se esperan?
R.- Se trata de una cita particularmente importante para la jurisdicción del Vaticano. La evaluación de Moneyval abarcará tanto el marco normativo general de la lucha contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo como su aplicación efectiva. Estoy seguro de que llegaremos preparados, destacando los numerosos avances en el sistema de controles y las premisas establecidas hoy para su consolidación estable.
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