Padre-Yoannis-Lahzi-Gaid-ad-Abu-Dhabi.jpeg

Cardenal Ayuso: la fraternidad es una identidad que respeta las diferencias

Se celebra este 22 de agosto, el segundo Día Internacional de Conmemoración de las víctimas de Actos de Violencia basados en la Religión o las Creencias, establecido en 2019 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Entrevista con el Cardenal Presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.

Francesca Sabatinelli – Ciudad del Vaticano

Las religiones nunca incitan a la guerra y la violencia, nunca producen sentimientos de odio, y el nombre de Dios nunca puede ser usado para esto. Es el corazón del Documento sobre la Fraternidad Humana para la Paz Mundial y la Convivencia Común, firmado el 4 de febrero de 2019 en Abu Dabi por el Papa Francisco y el Imán de Al-Azhar, Al-Tayyib. Durante su pontificado, el Papa Francisco ha pedido repetidamente que se ponga fin a la instrumentalización de las religiones, y esto es precisamente lo que se pretende con el Día de hoy, establecido el 28 de mayo de 2019 por las Naciones Unidas, reafirmando el apoyo a las víctimas de actos de violencia basados en la religión o las creencias. Es un camino importante y fundamental que la sociedad debe tomar, explica a Vatican News el Cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, Presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso:

R. - En primer lugar, quisiera expresar mi solidaridad y mi oración por todas las víctimas y sus familias, que desgraciadamente son muchas, por todo el sufrimiento que este terror ciego ha traído al mundo y a nuestras sociedades en los últimos años. Que este día, convocado por las Naciones Unidas, sea realmente algo de vital importancia, dada la gravedad de la situación, a pesar de que estamos en el siglo XXI.

Eminencia, instrumentalizar la religión es la forma más utilizada para incitar a la violencia, el Papa Francisco nunca ha dejado de decir esto y este es un punto extremadamente importante es que también ha sido reiterado en el documento sobre la Fraternidad Humana...

R. - De hecho, sabemos el mal que conlleva para la humanidad la instrumentalización de la religión para incitar a la violencia, es algo que seguimos condenando con tanta insistencia. Sin embargo, a pesar de los repetidos llamamientos y condenas hechos contra esta instrumentalización, es importante insistir en que se aplique el derecho internacional contra quienes cometen estos actos atroces y abominables. Por parte de los líderes religiosos, además, se debe trabajar para educar a cada comunidad religiosa en los valores inherentes a las diferentes tradiciones religiosas. Me complace que en nuestro mensaje de buenos deseos para el final del mes de Ramadán de este año, como Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, hayamos compartido con nuestros hermanos y hermanas musulmanes la importancia del respeto de los lugares de culto y hayamos mencionado lo que dice el documento para la Hermandad Humana a este respecto, a saber, que la protección de los lugares de culto es un deber garantizado por las religiones, los valores humanos, las leyes y las convenciones internacionales.

¿Cree que las sociedades están haciendo lo suficiente para defender a sus ciudadanos de los ataques a su religión o creencia? ¿Cree que los líderes están desplegando todos los medios a su disposición para detener la persecución?

R. - Creo que sí, que se esfuerzan tanto por defender a sus ciudadanos. Sin embargo, también podría decir que todavía hay mucho que hacer y mucho que caminar. En mi opinión, lo que se debe proponer, en primer lugar, es continuar por el camino de la educación en los verdaderos valores de la religión, y esta es una responsabilidad de los líderes religiosos: cómo educar en los verdaderos valores para que una nueva generación de creyentes esté realmente, sólidamente, enraizada en los valores de su tradición religiosa. Entonces es necesario educar a la "ciudadanía para todos" para que, a través de esta ciudadanía para todos, se respeten las diferencias, al tiempo que se comprometen a la promoción de los derechos humanos en el respeto y la reciprocidad. Creo que siempre es necesario recordar, recordar y re proponer a las autoridades civiles y religiosas, que cada miembro de nuestras sociedades debe ser protegido y valorado, para que juntos podamos construir la cohesión social para el bien común, para que podamos alejarnos del fantasma del exclusivismo de todo tipo, porque sólo a partir de la diferencia y el respeto podemos construir sociedades más seguras y protegidas.

Entonces, en su opinión, ¿debería hacerse más de lo que se está haciendo actualmente?

R. - Por supuesto, porque está en la experiencia humana aspirar a mejorar, a hacer más, en todos los campos, y esto es parte de nuestra naturaleza humana. En este sentido, apreciamos enormemente los esfuerzos, los llamamientos, que el Papa Francisco nunca deja de dirigir a la comunidad internacional, para que ésta recorra el camino de la inclusión, el diálogo e incluso la ternura, que está radicalmente en desacuerdo con los que promueven la violencia y el terror. Por eso creo que es importante que trabajemos en esta dirección. Este Día Internacional es un signo concreto de cómo la comunidad internacional está trabajando para alentar, a través de la memoria, a hacer cada vez más por la coexistencia común y la paz mundial, de ahí la necesidad de caminar juntos por el camino de la unidad, la solidaridad y la fraternidad, para reavivar los verdaderos valores espirituales, para aliviar el sufrimiento de esta humanidad herida en la que vivimos hoy.

¿Qué es lo que más le preocupa en este contexto?

R. - Diría, entre otras cosas, la importancia de la educación en todos los niveles, especialmente en este período oscuro, en el que la humanidad vive inmersa a causa de la pandemia de Covid-19. Es necesario educar en los verdaderos valores, donde desaparezca toda violencia, para que una nueva generación pueda crecer en el espíritu de fraternidad humana que supone permanecer arraigados en la propia identidad pero, al mismo tiempo, aventurarse a conocer al otro, a respetarlo, para que a través de esta sinceridad de intenciones, podamos colaborar en la construcción de un mundo nuevo, más pacífico y solidario, en definitiva, más fraterno.

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

22 agosto 2020, 11:14